LA LUCHA DE LAS MUJERES Cuando el Estado se ocupa de Derechos

Por Adriana Fernández Vecchi

La ministra Elizabeth Goméz Alcorta declaro “Hoy hicimos historia”.
Hoy se aprobó la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). Así se cumple el compromiso político y se reivindica la lucha incesante de las mujeres.
El impulso de ampliar derechos es parte constitutiva de aquellos que ejercen una política comunitarista y de diálogo con los que luchan por la dignidad. Nos recuerda la Frase de Evita “donde haya una necesidad, debe nacer un derecho”
La despenalización garantiza la atención integral de la salud. El derecho de las mujeres al cuidado es una demanda social de dignidad para salir de la clandestinidad. Garantiza que las mujeres no sean víctimas de los abortos en condiciones inadecuadas, y además la educación sexual completa.
La historia de las reivindicaciones por la autonomía y soberanía de las mujeres marca un hito en el devenir de los acontecimientos que nos llama a pensar la realidad multivariable y comprender que tarde o temprano la demanda por los derechos puede ser una ola, pero la marea gana a la costa.
Somos artífices de un momento único. Florece después de batallar con experiencias construidas en base a esperanzas y luchas de organizaciones populares y movimientos feministas, empalmadas con ímpetus de mujeres de todas las edades y estratos sociales que responden a los desafíos para ganar soberanía sobre sí mismas. Ha compuesto un vector político de resistencia a la indignidad. Cuando un Estado tiene como identidad el Bien Común entonces se transforma la realidad y se gana derechos.
Lucha y política popular hacen del presente una mejor vida. Crear empoderamiento es fortalecer las herramientas que respeten y promuevan la autonomía y el deseo de las mujeres y en general de todos los ciudadanos que habitan nuestra Patria.

1 thought on “LA LUCHA DE LAS MUJERES Cuando el Estado se ocupa de Derechos”

  1. Un momento celebratorio sin dudas. Pará las mujeres una conquista luego de muchos años de lucha. Dueñas de nuestro cuerpo. Ya no penalizadas. La lucha continúa. Por su implementación aún en los barrios o provincias donde el poder religioso es de gran influencia.

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