PENSAR UNA SEÑAL | EL AURA DE LOS PRÓJIMOS y LA NARRACIÓN DE LOS GOBERNADORES

Por Adriana Fernandez Vecchi.

Para justificar el título de la reflexión vamos a dar un rodeo. Primero, tomaremos los estoicos, luego la tragedia griega, después, pretendemos relacionar esas afirmaciones con un texto de Byung-Chul Han y terminar considerando esas nociones para comprender la coyuntura de estos días.
Los estoicos suponían que la filosofía era la enseñanza del arte de vivir bien. Sus concepciones sobre la apatheia estaban en paridad con el de una razón universal que llevaba inexorablemente a la felicidad. Para Séneca “la felicidad tiene, por tanto, su fundamento en un juicio recto y justo”. Nosotros insistimos en esta última afirmación del juicio recto y justo.Intentamos ahora reflexionar desde otro ángulo diferente a los estoicos a partir de la tragedia griega y pensar estas cuestiones éticas, que nos remiten a enseñanzas en torno a la dimensión del juicio recto y justo. Tomamos Antígona de Sófocles, donde su postura no es la apatía, más bien, actúa desde el pathos, desde la pasión, desde el lugar del sufrimiento del otro, o sea, es afectada por las circunstancias. Por un lado, los estoicos practican la apatía para llegar al juicio justo, por otro, desde la tragedia griega, Antígona, nos da algunas coordenadas de lectura al respecto, pero desde el lado de la pasión.
Antígona recrea el angón o conflicto fundamental de la tragedia. Se plantea frente al edicto de Creonte, ley humana de la ciudad, que prohíbe enterrar a Polinices, según el rey, traidor de tebanos, exponiéndolo a la depredación de las fieras. Antígona, su hermana, toma la decisión en el límite de la ley decretada por Creonte, Así ella rinde el debido culto a los muertos aduciendo que son otras las leyes que obedecía al enterrar con sus manos a su hermano. Esas son las leyes divinas. El reclamo de Antígona de sepultar a su hermano da lugar a la lucha en una dimensión simbólica por recuperar el lugar que le corresponde después de la muerte, e introduce la temática de la muerte y su inscripción simbólica. También hay un acto ético, que supone el juicio recto y justo, pero desde otro lugar, desde un sentimiento asumido por el vínculo de la hermandad y además el compromiso de dar dignidad al otro, aún después de la muerte. Traemos en este caso otra perspectiva diferente de la razón estoica sobre la mirada justa y recta. Admite la acción ética desde la simbolicidad, que no sigue el patrón binario para ser justa y de este modo, da el respeto a su hermano muerto y asi alcanzar la felicidad o el cuidado y la dignidad de sí y del otro.
Vamos a relacionar ahora los párrafos anteriores del estoicismo y el de la simbolicidad trágica con un texto: La crisis de la narración de Byung-Chul Han (2003)1. En esta obra el autor hace una diferencia entre información y narración.
La información se refiere a un discurso que se vincula con lo inmediato. Lo relaciona con la curiosidad, por ejemplo, con la lectura de los diarios, donde el principal meollo del asunto es la novedad. Esta característica de la inmediatez según el autor “ha perdido la mirada prolongada despaciosa y posada” (Byung-Chul Han 2023: 17)
Por otro lado, la narración se presenta en forma de historia con ejes temporales espaciales. A diferencia de la información aparece una distancia cuyo rasgo principal, según el autor, es la lejanía y dice: “anuncia un acontecimiento histórico que no se puede poner a nuestra disposición y que tampoco se puede prever ni calcular. Estamos a merced de él, como si fuera una fuerza del destino” (Byung-Chul Han 2023: 18) La narración, es tanto la felicidad estoica con la fuerza de la razón universal, como la audacia heroica al resolver el conflicto trágico del destino. Aparece con una fuerza interior capaz de expresar la belleza y la felicidad, la verdad, lo justo, que se infunde a través del relato Estos son fenómenos de la lejanía como así también de la utopía. El autor dice que la narración es aquello que abre al futuro y alberga la esperanza. Según Byung-Chul Han la narración introduce la presencia del otro, que lo llama rostro, es un tú y no un ello que está a nuestra disposición.
A diferencia de las afirmaciones precedentes, el autor declara “La pantalla táctil hace que desaparezca por completo la realidad como rostro que nos interpela, Si al otro le quitamos su alteridad se vuelve consumible” (2023: p77). Un sujeto difuso y dice “podemos darle con el dedo a una imagen de una persona e incluso deslizar el dedo para borrarla porque esa imagen ya ha perdido la mirada y el rostro “(2023: p77) Así se pierde la distancia de la otredad. Entendemos que se esfuma la proximidad del prójimo, y tiene preponderancia la exacerbación del ego donde el yo manipulador es el actor principal. Además, el manipulador corroe la distancia, y eso, aunque alberga la lejanía, es la aniquilación tanto de la cercanía como la lejanía. Esta dupla se entrelazan, pues se requieren, y su dialéctica se resuelve en el aura.
“El aura es el síntoma de una lejanía por muy cercano que pueda ser lo que provoca el aura es narrativa porque está preñada de lejanía” Byung-Chul Han 2023:19).
Mientras que la información desencanta el mundo al suprimir la lejanía, el aura es capaz como narración de encender una comunidad dinámica y política puesto que, “la acción política en sentido enfático se basa en una narración” (Byung-Chul Han 2023:101)
Por eso Hannah Arendt dice “pues actuar y hablar, que como ya dijimos antes están estrechamente interrelacionados con la concepción griega de la política, son, en efecto, las dos actividades de las que al final surge siempre en la historia, es decir, un proceso que, por muy contingente y casual que pueda parecer en sus sucesos particulares y en sus causas, sin embargo, muestra en definitiva la suficiente coherencia como para poder ser narrado” 2
Pero este marco ¿cómo se aplica a lo fáctico?
La argumentación política de los últimos hechos, nos referimos a los discursos políticos de los gobernadores, que, con una actitud estoica, bregan por el Bien común de su comunidad, -aún sobre los valores de su propia pertenencia política (según acusaciones de su propio partido)-, manifiestan el aura de los prójimos.
¿Cuál es la causa de las declaraciones de los gobernadores?: “La quita del Fondo de Compensación al Transporte, condena a los ciudadanos de casi todas las provincias a pagar boletos de colectivo a mil pesos o más. Lo mismo sucede con el Fondo de Incentivo Docente, que significa aproximadamente el 10 por ciento del sueldo de los maestros. (,) la quita de fondos y un grosero maltrato. No es sólo la política del ajuste violento, sino también la ineficiencia y las internas sin fin en la administración nacional.”3 Pero si del otro lado de las provincias se mantiene un quehacer en pantallas mediatizadas por las redes, los rostros son figuras, fantasmas virtuales de caras de caretas de cartón, concebidos como títeres cuyo titiritero juega su ego en el escenario de la supremacía del individualismo del mercado. Pura información distante de la realidad. Distancia a la que alude la obra citada de Byung-Chul, donde el discurso se agota reduciendo la realidad al instante de la novedad. Pero el sufrimiento de la vulnerabilidad no vive el tiempo de la inmediatez, entonces, el esperar se separa de la esperanza sin narración. Por eso, el discurso de los gobernadores desemboza el aura de la acción política. “Vivir es narrar” Instala la palabra que busca una forma de vida con la “fuerza en nuevos comienzos” (107) Tienen el espíritu que busca el sentido. Asi se separa del storytelling, historias sin alma que buscan captar al consumidor o cliente. Pero no somos clientes, aunque consumimos. Somos un pueblo que busca soberanía. No queremos que se adueñen de nosotros sin reflexión. La política que se nutre con narraciones funda comunidades, no sólo soluciona problemas, sino que hecha luz sobre la esperanza del futuro.
Entre la información que nos mantiene como sujetos capaces de ser corridos con un dedo en la pantalla o el storytelling donde somos datos como clientes consumidores y la narración política en donde uno es un rostro ¿cuál elegimos?

1.- Byung-Chul Han (2003) La crisis de la narración, Barcelona, Herder.
2.- Byung-Chul Han 2023, p102 de Hannah Arendt la condición humana, p111, p102.
3.- https://www.pagina12.com.ar/715305-por-que-milei-desato-el-conflicto-con-chubut

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