Buenos Aires, 21 de diciembre 2023.

El Centro de Investigación Académico Latinomericano (CEDIAL) pone de manifiesto que el DNU recientemente firmado por Javier Milei constituye un instrumento desestabilizador que propone hacer rehén al poder legislativo del poder ejecutivo y, por ende, al pueblo argentino.
La liberación de precios, la derogación de leyes claves como la de Alquileres, de Góndolas, Compra Nacional y Abastecimiento, así como la privatización de las empresas públicas, la cesión del paquete accionario de nuestra línea de bandera, la flexibilización de la medicina prepaga y las modificaciones en las obras sociales, la eliminación de los derechos laborales y el industricidio, y la desregulación de las exportaciones e importaciones significan la disolución del Estado y, con ello, la destrucción del bien común.
Los 336 artículos que enuncian desregulaciones, derogaciones y reformas de leyes centrales que protegen los principales sectores de la economía nacional instauran la hegemonía del mercado en las áreas de alimentos, salud, educación, vivienda y trabajo, entre otros ámbitos de la vida cotidiana de las argentinas y los argentinos.
En este sentido, debemos hacer hincapié en la gigantesca transferencia de ingresos en detrimento del poder adquisitivo de los sectores más vulnerables, trabajadoras y trabajadores, y las clases medias. De esta manera, se verán beneficiados –y muy exclusivamente– los monopolios y las elites, cuya voracidad solo logra saciarse con el sufrimiento, el empobrecimiento y el hambre del pueblo trabajador.
Queremos denunciar la decadencia de la democracia como correlato de una sociedad de consumo desmedido de los sectores privados, lo que representa la ruina de las mujeres y los hombres libres y, sin duda, sus efectos esencialmente corrosivos tendientes a la inmoralidad, el individualismo y la injusticia.
Asimismo, evidenciamos el desprecio por la distribución equitativa y la indiferencia frente a las necesidades cotidianas y todo tipo de inequidades. Indudablemente, solo la fuerza de lo colectivo, cooperativo y solidario puede parir la liberación. Sin embargo, esa fuerza brotará en la medida en que nos reconozcamos como una comunidad y el Estado cumpla su rol constitutivo de conducir hacia la política pública, en lugar de observar de costado a un conjunto de individuos pactando el aumento de beneficios particulares.
Reafirmamos, así, la necesidad de hacer respetar la Constitución y la integridad de los poderes democráticos de una nación libre y soberana.