Ampliaciones de Ricardo E. J. Ferrari a las entrevistas en CEDIAL TV (Parte I)

1) ¿Qué relación establece usted entre Cultura y Ser?

Cuando se me ocurrió comparar el concepto de Cultura con la noción de Ser fue a raíz de definir, muy imprecisamente, la Cultura, diciendo que “Cultura es todo”, o sea que “todo lo que hay” es cultura y que nada de lo humano se puede pensar por fuera de la cultura. El ser humano es un ser de cultura. Es en ese sentido que se me ocurrió la comparación entre Cultura y la noción hegeliana y heideggeriana de Ser.Lo que dije fue que la Cultura, desde esa definición imprecisa, pero no menos válida, aspira al mismo rango ontológico que el Ser. Tiene algo de lo absoluto. Pero no es lo mismo. La cultura no es el Ser. En todo caso la Cultura es una entidad, como tantas otras, que participa del Ser. De hecho, podemos delimitar la noción de Cultura. Mientras que la noción de Ser es indefinible. El Ser, en sentido estricto, al menos, no lo podemos definir. Hegel dice que es la noción más inmediata e indeterminada que hay.
La ocurrencia de comparar el Ser con la Cultura es por esta cuestión totalizante que tiene ambas nociones. Pero lo cierto es que no son lo mismo. En todo caso la Cultura es una entidad y es una entidad, como cualquier otra entidad porque hay Ser.

2) Usted dice que el Ser no se puede definir. Sin embargo, en los manuales de Filosofía hay definiciones del Ser. 

Esas definiciones son aproximaciones y en general son en relación a lo que el Ser no es, es decir, la diferencia con el ente, o entre el Ser y el ente. El Ser es “lo Otro del ente”. En sentido estricto el Ser no se puede definir porque no hay algo mayor a lo que el Ser pueda referirse. Aristóteles (S. IV a. C) afirma que la definición es siempre por género próximo y diferencia específica. Tiene que haber un género próximo y una diferencia específica de aquello que quiero definir. Si quiero definir, por ejemplo, el concepto de “Vaca”, el género próximo es: animal y la diferencia específica: mamífero cuadrúpedo, rumiante, bóvido, hembra, etc.
El género más lejano sería. Ser viviente.
Del Ser no hay algo como un género próximo y menos aún una diferencia específica.
Anselmo de Aosta, dialéctico del siglo XI, definía a Dios bíblicamente como “aquello que nada mayor puede pensarse”. Podríamos decir que esa es la definición que le cabe al Ser.
Ahora bien, en sentido estricto y, como afirma Hegel, del Ser no podemos decir Nada. Si dijéramos algo lo estaríamos rebajando al rango ontológico del ente. El Ser es, siguiendo a Hegel, la Nada. Aclaremos que tampoco Ser y Nada son lo mismo y que ambos términos están en relación dialéctica. El Ser es la Nada porque no hay nada que podamos predicar del Ser, y la Nada es Nada, porque tampoco podemos predicar Nada de la Nada, excepto que es. Porque si la Nada no fuera, no sería la Nada. La Nada es en relación de dependencia ontológica respecto del Ser. Para poder negar el Ser primero tuvimos que afirmarlo.
Dicho esto, podemos afirmar que no hay otra cosa que el Ser.
El ser es lo que es y no puede dejar de ser. En ese sentido el no-ser, es un impensable porque ya al nombrarlo como no-ser o como nada le estamos otorgando rango ontológico de ser algo: un nombre.

3) Usted decía que el Ser no puede dejar de Ser. ¿Podría explicar un poco eso?

El Ser es lo Otro del ente.
Los entes: la vaca, el cielo, las estrellas, una montaña, el varón, la mujer, la mesa, la computadora, la tabla del cinco, el triángulo, una sirena, etc., por ejemplo, pueden definirse porque tienen un ser y un no-ser al mismo tiempo. Un ser y un no-ser relativos.
Los entes son una cosa, la vaca, por ejemplo, porque al mismo tiempo no son otra: toro, mesa, silla, rectángulo, hierro de madera, etc., etc.
En cambio, el Ser al no poder definirse, no tiene límites. Es todo. Recordemos que definir es limitar. Limitar es establecer un no-ser de aquello que es (relativamente).
El Ser es aquello que hace que los entes en cada caso sean. Los entes: la vaca, la computadora, el triángulo, el circulo cuadrado, etc., son porque hay Ser. Los entes son porque participan del Ser.
“El Ser, nada de ente, una cuestión” dice Heidegger.
Recordemos que hay entes sensibles (aquello que captamos a través de la sensibilidad intero y exteroceptiva): el hambre, la sed, la vaca, una mesa, una silla, una persona, un árbol, una montaña, etc., hay entes ideales o abstractos:
El triángulo, 1 + 1 = 2, etc., hay entes axiológicos: el bien, el mal, la belleza, la bondad, la justicia, etc. Y hay también entes imaginarios: el centauro, el unicornio, la sirena, un hierro de madera, etc.
Los entes son de un modo relativo. Son y pueden dejar de ser. Su modo de ser es contingente.
El Ser es aquello que es y no puede dejar de ser, porque si dejara de ser no sería el Ser, sería un ente.
Una mesa, por ejemplo, es aquí y ahora, pero dentro de mil años no será más o será otra cosa: una pieza de museo, un pedazo de madera o algo totalmente desintegrado.

4) ¿Qué significa que la cultura es la mediación?
La relación del humano con el mundo es siempre una relación mediada. El mundo no es el mundo sin el humano. El mundo es mundo humano. Humano no en el sentido que le otorga el saber de sentido común, como “bueno”. Humano es tanto “lo bueno” como “lo malo”. Sabemos que el humano es tan capaz de crear una obra como el “David” o “La piedad” de Miguel Ángel, como también Auschwitz o la bomba que destruyó Hiroshima y Nagasaki.
La mediación es precisamente la subjetividad, que es tanto singular como cultural. La cultura es siempre una relación de mediación con la cosa. El ejemplo paradigmático es el lenguaje.
El humano es el ser que habla y al hablar, media su relación con la cosa. La cultura es un acto de separación respecto de la cosa. Esta separación desde la perspectiva de la antropología estructural es la prohibición del incesto. El incesto entendido como aquello que cerraría la apertura necesaria al otro. Ese “estado de abierto” que caracteriza al Dasein, según Heidegger, no sería posible sin la prohibición del incesto. Desde la perspectiva del psicoanálisis esta separación es la función paterna, la ley del padre. Esa función de corte y separación de la alienación inicial del ser con respecto al deseo de la madre.
Alguna vez escuché definir el arte como “aquello que se produce siempre a cierta distancia del cuerpo”. Se podría parafrasear diciendo que “la cultura es aquello que se produce siempre a cierta distancia del cuerpo”.
Es a través de la cultura que el ser hablante trasciende aquello que le viene dado. Trasciende su facticidad (por supuesto, dentro de ciertos límites). Es a través de la cultura que el humano se vuelve un ser aéreo, un ser acuático, un ser submarino, un ser sideral, un ser digital, etc.

5) Si la cultura es todo, ¿por qué se hace la diferencia con naturaleza?

La diferencia que se establece respecto de la naturaleza, es tributaria de toda una tradición antropológica y sociológica. En sentido estricto, “la naturaleza” como “aquello sin el humano”, no existe. No se puede pensar algo sin el humano porque al intentar hacerlo ya hay un humano pensándolo, imaginándolo.
Cuando nombramos “la naturaleza”, es el nombre que le damos a eso que captamos y pensamos como “la naturaleza”: “lo no hecho por el humano”. Pero que no es sin el humano. La naturaleza no se nombra a sí misma, no se interroga, no se explica a sí misma. Es el humano que, frente a ella, la nombra, la interroga y la explica.
El objeto (ob-iectum), o sea “aquello que se pone delante de mí”, es siempre objeto para un sujeto. El objeto, como dice Hüsserl, es la conciencia del objeto. Siempre hay un sujeto “inventando” el objeto.

06) Me gustaría saber si puede aclarar los términos endogamia y exogamia.
En sentido estricto, la endogamia es el matrimonio dentro del mismo grupo de pertenencia. En sentido amplio, es la característica de aquellos grupos o comunidades (etnias, religiones, razas, clase social, etc.) que no admiten la inclusión de otros grupos o individuos provenientes de grupos diferentes.
La exogamia, por el contrario, es el matrimonio por fuera de las células primarias de convivencia. Se trata de la característica de un grupo que se une con grupos de diferente etnia, raza, religión, clase social, etc.
Si bien en todas las sociedades suele verificarse la exogamia de grupo primario, existe siempre alguna forma de endogamia: de clase social, de raza, de grupo étnico, de religión, de profesión, etc.
No se debe confundir endogamia con incesto. Puede no existir el incesto dentro del grupo y sin embargo sí la endogamia (“todo queda en familia”)

07) ¿El ser humano nace natural o ya nace cultural?
La concepción es un hecho biológico y tiene que ver con la herencia genética, mientras que la herencia congénita (los factores fetales y perinatales) ya recibe la influencia de la cultura a través de la madre durante todo el período de la gestación: no es lo mismo una madre de clase baja, subalimentada, preocupada por su supervivencia y la de su futuro bebé, que una madre de clase media, rodeada de cuidados y sin preocupaciones.
El psicoanálisis plantea que el bebé al nacer es puro cuerpo. Es un yo eminentemente corporal que se va erogenizando en el contacto con la madre.
Los primeros tiempos de la vida del lactante están caracterizados por un narcisismo irrestricto. No hay exactamente un yo ni un no-yo. El yo del bebé y la madre son una misma cosa. No hay otro. El mundo externo, la madre, o más precisamente, la función materna, son una prolongación de la vida psíquica del bebé. Es con la entrada del tercero, la función paterna, que se empieza a operar la restricción del narcisismo.
Desde el punto de vista psicoanalítico podemos decir que la cultura es el pasaje del narcisismo irrestricto a la restricción del narcisismo. Del predominio de la libido narcisista al predominio de la libido objetal. De la indiscriminación con el otro y la consiguiente ausencia del objeto a la discriminación yo-no yo, y la consiguiente presencia del objeto.
La función paterna como función de corte de la simbiosis madre-fálica – bebé-falo, es la función ordenadora, es la ley fundamental de la cultura: la ley de prohibición del incesto. La función paterna introduce la separación de ese estado de alienación inicial del bebé humano respecto del deseo del otro primordial.
Sabemos que el bebé humano nace en un estado de prematurez que determina su condición de indefensión frente al mundo exterior y frente a sus propios impulsos. Esto determina una relación de dependencia absoluta respecto del otro primordial. Los cuidados amorosos del otro primordial, es lo que denominamos función materna y es esta la que permite la supervivencia del bebé. Esos cuidados iniciales están sostenidos por un deseo de bebé de parte del otro primordial. Este deseo sexual por parte del otro primordial, despierta en el bebé las zonas erógenas. El cuerpo pasa de ser cuerpo biológico a ser cuerpo erógeno.
Es el deseo de la madre lo que inicia esa relación en donde el bebé encuentra en la madre su primer objeto de amor. El bebé ama a la madre porque es ella quien le prodiga cuidados desde su deseo. No lo cuida “porque hay que cuidarlo” sino porque lo desea. Estos cuidados al ser prodigados con placer, despiertan el placer en el bebé.

08) Me gustaría que explique a qué se refiere con Eros y destrucción.
Freud plantea en 1920 en el marco de su segunda teoría de las pulsiones, la presencia en la vida anímica de dos tendencias, a una la llama pulsión de vida o Eros y a la otra pulsión de muerte o Tánatos.
Ambas tendencias actúan en forma contraria y conjugada. La pulsión de vida tiende a la construcción, a la unión, a la complejización, mientras que la pulsión de muerte tiende a la vuelta a lo inorgánico, a la destrucción, a la desunión, a la simplificación. La pulsión de muerte actúa silenciosamente, dice Freud, y este es su carácter más peligroso.
La posibilidad de la vida sería un equilibrio entre ambas pulsiones con un predominio relativo de la pulsión de vida.

09) ¿La cultura tiene que ver con Eros o con Tánatos?
La cultura, según Freud, es un producto de Eros. La cultura tiene que ver con lo que une, lo que produce unidad o com-unidad y desde esa perspectiva es un producto erótico. Sin embargo, Tánatos está siempre presente acechando. En ese sentido toda cultura tiende a ofrecer exutorios a la pulsión destructiva (espacios donde la violencia está legitimada, donde se puede dar rienda suelta al placer sádico y masoquista. Ej.: determinados deportes como el Boxeo o las corridas de toros o las riñas de gallos).
Otro exutorio que permite la unión dentro de una cultura es la búsqueda de un enemigo interno o externo.

Bibliografía

Aulagnier, P. (2010). Los destinos del placer. Alienación, amor y pasión. Buenos Aires: Paidós. 320 p.

Bonnewitz, P. (2003). La sociología de Pierre Bourdieu. Buenos Aires, Argentina: Nueva Visión.

Carpio, A. (1992). Principios de Filosofía. Una introducción a su problemática. Buenos Aires: Glauco.

Mannoni, M. (2000). La educación imposible. México: Siglo veintiuno editores, pág.44

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CEDIAL TV | Reflexionando con el CEDIAL 16 | Ferrari sigue contestando preguntas de Cultura, Ser y Alienación.

Ricardo E. J. Ferrari sigue contestando preguntas sobre la Cultura, el Ser y la Alienación, que fue expuesto en el Programa 13.

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