Circulen-les gritaron-
y ellas marcharon en rondas.
Transformaron el dolor
en lucha,
el silencio en voz,
las ausencias,
en rostros eternos.
Tienen alas
sobre sus cabezas.
Hicieron del pañal ,
blanco pañuelo.
Ellas tan solas.
De pie
frente a las impunes
botas.
Con los ojos
bien abiertos,
con el puño en alto.
No sin miedo.
Alzaron sus pañuelos
frente a la indiferencia
de los ciegos,
de los sordos,
de los mudos.
Nos enseñaron
que no es sin el otro,
que el dolor de uno
es el dolor de todos.
Ellas que nunca más
fueron las mismas.
Sus hijos
las parieron.
Será por eso
que las mariposas
se posan
en sus pañuelos.
María Victoria Escoz (argentina, contemporánea)