HISTORIA | BRASIL, Siglo XX (XIII). La etapa neoliberal de Collor de Mello.

Por Daniel do Campo Spada.

El Presidente Fernando Collor de Mello (1949) fue el fiel representante de una era híbrida en la que las democracias latinaomericanas se llenaron de mandatarios que en el marco del Consenso de Washington entregaban graciosamente la soberanía nacional a los grandes capitales de Estados Unidos. Su gestión fue corta (1990 a 1992) y terminó siendo expulsado en medio de un juicio político por corrupción. Al igual que su antecesor José Sarney, estaba ligado a los medios de comunicación masiva, jugadores que se instalaron en la política a finales del siglo XX y aún no se han retirado de ese rol. Desde los candidatos mexicanos de Televisa hasta el primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi entre otros, o el oligopolio Clarín en Argentina el peso del manejo de la opinión pública ha quedado instalado como uno de los elementos centrales de los sistemas políticos.
Ni bien asumió aplicó el denominado “Pacote”, un conjunto de medidas antipopulares que fueron consideradas como la más brutales de la historia contemporánea de Brasil, superando incluso muchas medidas de la prolongada dictadura militar. Mientras los uniformados establecieron un régimen nacionalista con falta de libertades, Collor de Mello se rindió a las luces de la corrupción de Occidente.

Collor de Mello (Brasil) y Carlos Menem (Argentina).

Las empresas estatales, muchas de las cuales eran un orgullo de Brasil, fueron encaminadas a inmediatas privatizaciones. En base a la ola neoliberal que afectaba a Latinoamerica la deuda externa era la excusa dominante para enajenar el patrimonio nacional. Lo que ocurría en ese país se daba como reflejo también en Argentina (Carlos Menem) y México (Carlos Salinas de Gortari).
A los recortes de los planes de asistencia social hay que agregar las desregulaciones salariales, las que provocaron una gran pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores quienes fueron de a poco siendo impulsados hacia una importante precarización laboral. Se debe tener en cuenta que exceptuando el sector industrial de San Pablo y otras excepciones muy puntuales, el sindicalismo en Brasil se presenta muy débil en referencia comparativa por ejemplo al caso argentino.
La clase media, que había sido su apoyo en un primer momento, ante lo que era un elegante ex periodista del Jornal do Brasil se sintió inmediatamente afectada cuando como una medida equivalente en otros países retuvieron sus ahorros bancarios en otra coincidencia con su par rioplatense cuando establecieron la Convertibilidad. Las coincidencia no son casuales ya que todo respondía a lineamientos dispuestos por los tecnócratas de Estados Unidos hacia una región que ante el derrumbe de la guerra fría se le rendía sumisamente a su voluntad.
El impacto de su desastroso gobierno fue muy concreto en las estadísticas. En su corta gestión provocó 7,5 millones de nuevos desocupados, junto a la mayor caída del PBI desde la Segunda Guerra Mundial. Los medios de comunicación masiva, fundamentalmente los grandes oligopolios fueron esenciales para sostenerlo en el poder conteniendo el estallido social.
A mediados de 1990 la inflación se volvió a disparar y las reservas cayeron a solo u$s 6.500 millones de dólares. El déficit fiscal llegó al 1,51 %, a pesar de que nada se invertía en aspectos sociales. Ello no convencía ni a los tecnócratas de su gobierno ni al pueblo que lo sufría en carne propia. Aunque por motivos distintos el malestar era dominante.

La corrupción fue la moneda corriente de la administración de Collor de Melo y ella se centralizaba en Paulo César Farias (1945), viejo cómplice de juergas y estafas en Alagoas. Manejaba el tráfico de influencias haciendo lobby y sobornos a favor de los empresarios que le ponían dinero para la campaña electoral a cambio de prebendas posteriores. Para descubrir las maniobras fue esencial el testimonio de Pedro Collor de Melo, hermano del Presidente, que luego fueron comprobadas por una Comisión Investigadora del Congreso.

Fernando Collor de Mello.

En 1991 el Directorio de Petrobrás, la petrolera de bandera, renunció en pleno por no querer quedar implicados en las maniobras dolosas a las que los impulsaba el Presidente. Este fue uno de los puntos centrales del juicio político que se empezaba a gestionar entre ese año y 1992. Las manifestaciones populares en su contra por el desastre de la situación social rompieron la protección mediática que comenzba a filtrarse a pesar del blindaje con que lo sostenían. Las calles comenzaron a gritar más fuerte que el silencio de los medios de comunicación.
En el Congreso, una votación contundente de 441 votos a favor de la destitución de Collor de Melo contra 28 que lo defendían, todo quedaba servido para un final deshonroso. Para evitar esa salida nada elegante el 29 de diciembre de 1992 el primer mandatario presentó su renuncia interrumpiendo el primer juicio destituyente contra un Presidente brasileño en el siglo XX.
Ante su desbarranco tuvo que asumir el Vicepresidente Itamar Franco. Por segunda vez consecutiva (aunque por motivos distintos1) desde el retorno a la democracia, el mandatario electo no concluía su período de gestión.

1 thought on “HISTORIA | BRASIL, Siglo XX (XIII). La etapa neoliberal de Collor de Mello.”

  1. Collor de Melo fue el típico granuja liberal de los ’90. Elegante, siempre con trajes Balenciaga y sonriendo por cualquier motivo, menos mal que el sabio pueblo de Brasil detectó a tiempo esa farsa y lo sacaron a patadas, cosa que los argentinos debíamos haber hecho con Menem que era la misma cosa.

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