Ampliaciones de Ricardo E. J. Ferrari a las entrevistas en CEDIAL TV (Parte II)

“Cultura, Ser y Alienación”
Segunda parte

Respuestas a las preguntas acerca de la entrevista sobre “Cultura, Ser y Alienación”.
Transcripción corregida y aumentada.
Entrevistador: Prof. Lic. Daniel do Campo Spada (UBA – CEDIAL)
Entrevistado: Prof. Lic. Ricardo E.J. Ferrari (UBA – CEDIAL)

10) ¿Podría dar una definición de Cultura?
El concepto de cultura es un concepto polifónico. Hay una multiplicidad de definiciones que se han dado de cultura. Podríamos decir que la cultura es todo lo producido por los seres humanos a los fines de mejorar su supervivencia. Es todo aquello que hace del humano un ser que inventa y condiciona su existencia. También dijimos que la cultura tiene como característica la relación de mediación con el mundo. El yo y la cosa están mediados por la cultura. La cultura es la separación respecto de la cosa

11) ¿En qué momento apareció la cultura?
El origen de la cultura no puede datarse. Es impensable la vida humana “antes” de la cultura. La presencia del humano en el planeta es una presencia simbólica. El origen es un impensable o, en todo caso, se apela al mito para explicar el origen.
Vida humana y cultura son dos fenómenos inseparables, dialécticos, imposible de pensarlos en sí mismos. No hay vida humana posible sin otro humano que humanice y ese otro que humaniza es ya un ser del símbolo. Esta pregunta nos lleva al dilema del huevo y la gallina. Termina en aporía.

12) No me quedó claro lo que dijo acerca de que la naturaleza es un producto de la cultura.
En su obra “La educación imposible”, Maud Mannoni en una nota al pie de página hace referencia a esta afirmación de Lacan de que la naturaleza es un producto de la cultura (Mannoni, 2000)
“La naturaleza”, eso que llamamos “la naturaleza”, “mundo externo”, “mundo salvaje”, “vida silvestre” etc., son nombres que, precisamente por el hecho de serlo, median nuestra relación con eso que nombramos. La naturaleza, como “cosa en sí”, es muda. Es el humano quien la nombra, quien proyecta su “ser hablante”, su “carácter de abierto” como dice Heidegger, en “aquello que se pone delante de sí”. En el ob-iectum que, no es otra cosa que el sub-iectum proyectado.
Esta proyección del “Dasein” en el ob-iectum, la observamos en la nominación que de los demás seres vivientes hace el “Dasein”: el lobo no dice “yo soy el lobo”, no dice “yo soy feroz”. Es el humano, el “Dasein”, el ser hablante, quien proyecta en ese viviente su propia “ferocidad”. ¿Qué sabemos de eso que nombramos “ferocidad”? ¿Cuándo un animal ataca a “su presa” o a otro humano, eso que llamamos “ferocidad”, no será un modo de expresarle su amor? Destrozar a su víctima, devorarla, ¿no será, como en el caso de los humanos, un modo de apreciar, de gustar, de querer?
Acaso, ¿cuando amamos a alguien, o cuando una mamá manifiesta su amor por su bebé, no dice: “me lo comería todo”?

13) ¿Todos los niños son incestuosos?
El incesto, es incesto a partir de la prohibición. Es decir, el niño o la niña son incestuosos desde una mirada atravesada por la prohibición.
La relación originaria con los otros significativos es siempre, inevitablemente incestuosa, el otro significativo, ese otro de los primeros cuidados prodigados desde su deseo de bebé, es el primer objeto de amor y despierta ese amor sexual en el bebé a partir de esos cuidados que le brinda para su subsistencia. Son precisamente esos cuidados, que tienen su fundamento en un deseo sexual por parte de ese otro, los que despiertan en el niño expectativas amorosas respecto de él.

14) Usted dijo que la cultura es todo lo transmitido y lo adquirido. ¿Lo biológico no es también transmitido y adquirido?
La transmisión y adquisición biológica es lo que denominamos herencia genética, que se transmite y adquiere al momento de la concepción y constituye los factores genéticos que, integrados a los factores fetales y perinatales, van a formar la constitución o los factores constitucionales, dentro de la complejidad factorial de la vida humana.

15) En esta entrevista y, como presentación, aparece la palabra Alienación. De eso aún no se habló. ¿Qué relación hay entre Cultura y Alienación?

Podríamos referirnos a una alienación inherente a la cultura. La condición de posibilidad de habitar la cultura supone aceptar cierto margen de alienación. Toda cultura exige cierto monto de alienación Esta alienación es la incorporación de un discurso que nos viene dado desde afuera, a través de los otros significativos encargados de la crianza del niño. Se transmite e incorpora en lo que la sociología denomina proceso de socialización primaria. En este sentido, la alienación es un “hacer propio lo ajeno”. Este “hacer propio lo ajeno” es la condición de posibilidad de la convivencia, El humano para constituirse como tal, tiene que convivir con otros humanos y la convivencia supone cierto monto de alienación que debe ser aceptado. A un niño, por ejemplo, se le enseña a decir “gracias”, “buen día”, a “pedir permiso”, etc. Ningún niño nace diciendo “gracias”, “buen día” o “pidiendo permiso”. Esto le viene del otro significativo.
Entonces, es necesario distinguir la alienación cultural de la alienación patológica.
Cuando nos referimos a la alienación patológica y, siguiendo los desarrollos de Piera Aulagnier, nos estamos refiriendo a un accidente sobrevenido al yo y su capacidad de pensar. A la abolición del pensamiento crítico.
La alienación, en este sentido, supone el encuentro de dos portadores de un deseo de alienación: un identificante (fuerza alienante; aquella persona o institución que desea alienar) y un identificado (aquel que desea ser alienado).
Toda alienación se da en una escena social. Siempre son dos o más los involucrados en el estado de alienación
Piera Aulagnier define la alienación como: “un destino del yo y de la actividad del pensar cuya meta es tender hacia un estado a-conflictivo, abolir las causas del conflicto entre el identificante y el identificado, pero también entre el yo y sus ideales, lo que equivale a esperar la abolición de todo conflicto entre el yo, sus deseos y los deseo de los otros catectizados por él”
La alienación es una patología que tiene dos soportes: la idealización y la identificación. Existe una idealización y una identificación masiva por parte del yo respecto de la fuerza alienante.
La escena social de la alienación supone el encuentro de un sujeto que desea alienar con otro sujeto que desea ser alienado.
Dice Aulagnier: “La alienación concreta la tentación que ha estado y sigue presente en la actividad del pensamiento de todo yo: volver a hallar la certeza, excluir tanto la duda como el conflicto”
El fenómeno de la alienación desemboca en la abolición del pensamiento crítico. Este fenómeno patológico se desencadena en las relaciones de poder. Existe una figura de autoridad que, basada en un texto ya sea científico, político, religioso, periodístico, etc., y apelando a otro sujeto prestigioso y a menudo un muerto, ejerce un deseo de alienar, es decir su deseo de abolir en otro sujeto y en él mismo, el pensamiento crítico.
Podemos pensar que hay sujetos que, por diversas razones, son más vulnerables a esa tentación de alienación que habita en todo yo. También existen situaciones límite como, por ejemplo, el terrorismo de Estado, en las que la amenaza de muerte permanente promueve el desencadenamiento de la alienación como defensa frente al sufrimiento.
Entonces, cuando nos referimos a la alienación cultural no estamos refiriéndonos a una alienación necesariamente patológica, a una muerte del pensamiento. La alienación cultural en tanto “hacer propio lo ajeno” como condición de posibilidad de habitar la cultura, supone siempre la posibilidad de desalienación, de desreificación, es decir, la posibilidad de cuestionar lo instituido y, más allá de aceptarlo o no, poder reconocer su arbitrariedad cultural y la capacidad de transformarlo. Ej.: yo puedo aceptar que la luz que me permite cruzar hacia la vereda de enfrente sea la luz verde, pero puedo reconocer que esa luz podría haber sido azul, anaranjada o violeta.

16) ¿Alienación es lo mismo que locura?
Locura es el término utilizado por el saber de sentido común para designar lo que la Psicopatología denomina Psicosis.
Alienación no es lo mismo que psicosis. La psicosis es un trastorno grave de la personalidad que supone una ruptura entre el yo y la realidad que cursa con fenómenos como el delirio y la alucinación. En la alienación no hay presencia de delirio ni de alucinaciones. En todo caso podemos decir que la psicosis es una patología singular mientras que la alienación es un fenómeno supone un colectivo social determinado. En todo caso podríamos referirnos a la alienación como “delirio colectivo” o “delirio de masas”.

17) ¿Podría explicar un poco el concepto de violencia simbólica?
Violencia simbólica es un término acuñado por Pierre Bourdieu desde una perspectiva sociológica de la educación. La violencia simbólica es la imposición, por parte de un poder pedagógico, de una arbitrariedad cultural haciendo caer en el olvido u ocultando su arbitrariedad. Se trata de la imposición de una determinada esfera axiológica como si fuera la única posible y transmitiendo el desprecio por otras esferas axiológicas.
Los estereotipos de género o el etnocentrismo, por ejemplo, fueron transmitidos desde los libros de lectura o manuales de la escuela republicana como un modo de legitimar el rol de los actores sociales y la superioridad étnica.
La violencia simbólica también se ejerce en la escuela de la modernidad legitimando las desigualdades sociales al convertirlas en problemas de aprendizaje.

18) Cuando usted dice que el hombre es un ser del símbolo, ¿qué quiere decir con eso?
El término símbolo proviene del griego sýmbolon y designa originalmente un objeto (tésera) que se partía al medio quedando cada mitad de dicho objeto en manos de dos personas o grupos diferentes. Estas dos mitades servían de contraseña, de acuerdo, entre ambos grupos que, al exhibirlas en un encuentro azaroso, significaba un pacto de no agresión. Los grupos que compartían ambas mitades eran grupos amigos.
Un símbolo es “algo que está en lugar de otra cosa”. Es aquellos que hace presente lo ausente por mediación de otra cosa. Esta capacidad de re-presentar prescindiendo de lo ausente, es propia del humano. Nuevamente acá el ejemplo paradigmático es el lenguaje.
El humano es el único viviente que no queda “pegado a la cosa”. La posibilidad de nombrarla, lo separa de la cosa. Esta separación, este alejamiento de la cosa a través de una arbitrariedad producida, consensuada, compartida y reproducida con otros, lo revela como un ser del símbolo.
Si pensamos en el sentido originario de símbolo, como aquel objeto que representaba la posibilidad de convivencia con otros, lo más radical del símbolo, entonces, es la decisión de vivir con el otro en lugar de matarlo o ser muerto por él. Parecería que en esa alternativa entre matar o dejar vivir, ha tenido siempre mejores perspectivas de satisfacción dejar vivir. Este dejar vivir, es el orden simbólico, la cultura. Que nunca es sin fallas. Que nunca es sin Tánatos.
Podríamos concluir diciendo que el orden simbólico es un producto humano para evitar lo peor. La lucha de todos contra todos, la guerra total, la muerte de todos.

CEDIAL TV | Reflexionando con el CEDIAL 16 | Ferrari sigue contestando preguntas de Cultura, Ser y Alienación.

Ricardo E. J. Ferrari sigue contestando preguntas sobre la Cultura, el Ser y la Alienación, que fue expuesto en el Programa 13.

2 thoughts on “Ampliaciones de Ricardo E. J. Ferrari a las entrevistas en CEDIAL TV (Parte II)”

  1. Muy buena conversación entre dos intelectuales que vienen de diferentes disciplinas, pero que el contacto con la filosofía les permite la transversalidad que enriquece el pensamiento crítico. A nosotros los formados en lo jurídico, nos viene muy bien el contacto con estos saberes, dominantes, por cierto. Gracias por permitirme conocer este canal.

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