POLÍTICA – CEDIAL | ¿Qué opinaría Juan Domingo Perón del Gobierno de Mauricio Macri?

Por Daniel do Campo Spada
ddocampo@cedial.com.ar

Aunque parezca mentira, algunos dirigentes que se auto-intitulan como justicialistas apoyan al régimen del Presidente Mauricio Macri. Entre los principales emergentes de un menemismo residual aparecen el Senador Nacional Migue Ángel Pichetto y el Gobernador de Salta Juan Manuel Urtubey. Ambos encabezaron un apoyo irrestricto al gobierno que ocupa la Casa Rosada desde diciembre de 2015. Nada inocentemente la prensa oficialista los legitima bajo el adjetivo de peronistas para darles un espacio que desde la teoría política no ocupan. En su libro “La fuerza es la razón de las bestias”, Juan Domingo Perón recuerda las 20 verdades peronistas que él mismo leyó en la Plaza de Mayo el 17 de octubre de 1950. Ese día se cumplían los primeros cinco años de la nueva experiencia política en coincidencia con el Centenario de la muerte del Padre de la Patria, el General don José de San Martín. La simple lectura de lo que el propio presidente derrocado (en ese momento en el exilio) enumeraba hace imposible que alguien pueda mínimamente asociar al macrismo.
Más allá del odio de clase que en cada expresión tienen tanto el Presidente Macri como sus funcionarios (“el desastre de los últimos 70 años” dicen habitualmente) nada en la gestión del PRO (en la Alianza Cambiemos con la Unión Cívica Radical) puede mínimamente puede asociarse a los ejes de Justicia social, Independencia económica y Soberanía política.

La Primera Verdad dice que “La verdadera Democracia es aquella donde el gobierno hace lo que el pueblo quiere y defiende un solo interés: el del pueblo”.
Muy lejos está el gobierno de Mauricio Macri de hacer las cosas a favor del pueblo. Muy por el contrario, al pueblo le pidió más sacrificio, al tiempo que hizo todo a favor de sus amigos empresarios, dolarizando las tarifas de los servicios privatizados y asignándoles las principales obras públicas.

La Segunda Verdad agrega que “El Peronismo es esencialmente popular. Todo círculo político es antipopular y, por lo tanto, no peronista”.
Ante esta verdad deberían dar explicaciones algunos dirigentes que han sido conniventes con el régimen macrista desde el primer día. Gobernadores que hasta han bailado con Macri, como es el caso de Juan Schiaretti de Córdoba, Juan Manuel Urtubey de Salta y Gustavo Bordet de Entre Ríos. También tenemos a muchos sindicalistas que concurrieron orondos como en la época de Carlos Menem a brindar con champagne como Héctor Daer, Carlos Acuña, Luis Barrionuevo o Armando Cavallieri entre otros. Ellos han disfrutado de pertenecer al círculo cerrado del régimen macrista olvidando su compromiso con el pueblo.

La Cuarta Verdad insiste en que “No existe para el Peronismo más que una sola clase de personas: los que trabajan”.
El gobierno de Mauricio Macri ha despreciado desde el primer momento a la clase trabajadora. Ninguno de sus funcionarios ha perdido la oportunidad de mostrar su rechazo a quienes son la fuerza de trabajo. Desde el Presidente del Banco de la Nación, Javier González Fraga diciendo que “a los empleados medios con un sueldo medio les hicieron creer que podían tener aire acondicionado, celular, vacaciones, vivienda y un auto”, en referencia a los logros sociales conseguidos con el peronismo entre 2003 y 2015.
El primer Ministro del área económica, Alfonso Prat Gay, cuando hacía referencia a los trabajadores dijo dos frases alegóricas que muestra donde está cada uno. “En lugar de pedir aumento de sueldo, van a tener que preocuparse de no perder su lugar de trabajo”, en relación a los sindicalistas. Cuando mencionaban personas que eran despedidas del Estado esgrimió que “nos sacamos la grasa”.

La Octava Verdad informa que “En la acción política, la escala de valores de todo peronista es la siguiente: primero la Patria, después el Movimiento y luego los Hombres”.
¿Puede Mauricio Macri decir que lo primero para él es la Patria? En cada oportunidad, mostrando su desprecio hacia lo nacional da conferencias en inglés aunque en la sala haya periodistas argentinos o latinoamericanos. Los reclamos sobre Malvinas se han suspendido por primera vez desde que los ingleses las ocuparon y en política económica privilegia lo que proviene del extranjero.

La Novena Verdad enseña que “La política no es para nosotros un fin, sino sólo el medio para el bien de la Patria, que es la felicidad de sus hijos y la grandeza nacional”.
En este caso los posdemocráticos utilizan la política como un fin para beneficiarse. Por ello ocupan lugares políticos una larga lista de empresarios y CEOs que solo buscan seguir ampliando sus ganancias. El ex Ministro de Energía Juan José Aranguren favoreció desde la función pública a la empresa que lo tuvo como directivo. Shell tuvo más beneficios que la propia estatal argentina YPF.
Nicolás Dujovne y Nicolás Caputo han vaciado las arcas argentinas en pro de las compañías financieras externas (las mismas con las que elaboraron las offshore) utilizando recursos nacionales del Estado en beneficio de todos los que intervinieron en la cadena de endeudamiento (donde por supuesto no faltaron comisiones multimillonarias).

La Décima Verdad dice que “Los dos brazos del Peronismo son la justicia social y la ayuda social. Con ellos, damos al pueblo un abrazo de justicia y amor”. El macrismo, por el contrario no ve a la Justicia Social como argumento válido. Sus adláteres confían en la meritocracia que implica que haya perdedores. El que es pobre “que se reinvente” como dio más de un funcionario del régimen, que en su mayoría siempre han sido jefes y rara vez empleados.

El Undécima Verdad del decálogo señala que “El Peronismo anhela la unidad nacional y no la lucha. Desea héroes, pero no mártires”. Desde que en diciembre de 2015 el PRO y la UCR tomaron el poder han dividido. No solo nunca llamaron a un diálogo sino que una serie de Adrián Suar (artista sionista ligado al macrismo) sacó una telenovela que como título tenía “Los ricos no piden permiso” que era un decálogo de poder desde su mismo nombre. Despidieron a personas por haber cometido el pecado de ingresar a su empleo durante el último gobierno democrático.

La Duodécima Verdad agrega que “En la nueva Argentina, los únicos privilegiados son los niños”. La pobreza infantil alcanzó entre 2016-2019 un 62 %, al tiempo que las raciones en los comedores escolares se redujeron a la mitad. Desde que Macri ocupó la Casa Rosada se suspendieron la entrega de computadoras del Plan Conectar Igualdad que durante el peronismo se le entregaba a cada estudiante en una institución pública y ya no disponen de leche porque es inaccesible.

La Décimo tercera Verdad sostiene que “Un gobierno sin doctrina es un cuerpo sin alma. Por eso, el Peronismo tiene una doctrina política, económica y social: el Justicialismo”. En realidad el macrismo sí tiene una doctrina. La podríamos resumir en responder a los intereses de los marcados, preferentemente de orígenes foráneos, desindustrializar aunque ello implica hambre y miseria para la población y pauperizar a los trabajadores. Tienen alma, pero es contraria a los intereses populares.

La Décimo cuarta Verdad aplica que “El Justicialismo es una nueva filosofía de la vida, simple, práctica, popular, profundamente cristiana y profundamente humanista”. En el PRO disponen de una filosofía pero no es nueva. Proviene de lo más recóndito del capitalismo en cuanto a privilegiar las ganancias a cualquier costo. En cuanto a considerar a las personas como numeritos circunstanciales proviene de lo peor del feudalismo y el absolutismo.

La Décimo quinta Verdad aclara que “Como doctrina política, el Justicialismo realiza el equilibrio del derecho del individuo con el de la comunidad”. Acá no tienen equilibrio. En todos los negociados de su gobierno se privilegió el negocio privado de un individuo por sobre la comunidad. El tratamiento discriminatorio a las cooperativas en favor de los individuos queda expuesto en cientos de casos que no es la intensión de este texto poner a juicio, pero veamos como botón de muestra la expropiación latente del Hotel Bauen que sus dueños abandonaron y ahora, recuperado por sus trabajadores quieren que les restituyan.

La Décima sexta Verdad agrega que “Como doctrina económica, el Justicialismo realiza la economía social, poniendo el capital al servicio de la economía y ésta al servicio del bienestar social”. Esto no es necesario explicarlo. En la cabeza y la acción de Macri y sus cómplices las personas están al servicio de las empresas de corporaciones privadas. Como dijo el ex Ministro de Energía del régimen, Juan José Aranguren, “lo único que les importa es el Excel”.

La Décimo séptima Verdad propende que “Como doctrina social, el Justicialismo realiza la justicia social, que da a cada persona su derecho en función social”. Nadie puede dudar que para ellos solo sirve el empleado que trabaja. Por eso le han sacado empleo a personas discapacitadas o se han burlado al asignarlas a la atención telefónica siendo hipoacúsicas, cuando un funcionario dijo que suspendían el Plan Argentina Sonríe (en el que se ponían dentaduras a cargo del Estado) porque “no hay mejor sonrisa que la que te podes pagar”.

La Décimo Octava declara que “Queremos una Argentina socialmente “Justa”, económicamente “Libre” y políticamente “Soberana”. A finales del 2019 el país no es justo. Tampoco es libre y soberano, ya que los dictados de la política económica son dictados por el Fondo Monetario Internacional con la clara connivencia y servilismo de Macri.

La Décimo Novena Verdad de la doctrina peronista dice que “Constituimos un gobierno centralizado, un Estado organizado y un pueblo libre”. Al igual que la verdad 18va el papel que el régimen macrista le ha dado al Estado fue enumerado por el propio Macri en la campaña de 2015 cuando manifestaba que su papel era el de “cortar el pasto” para que el partido lo jueguen las corporaciones. Y en cuanto a libertad estamos muy lejos de ello. Los dueños de los principales medios de comunicación opositores están detenidos y por primera vez desde 1983, en Argentina hay presos políticos “porque todos estamos de acuerdo que debe ser así” (dixit). No importa la Justicia (que por otra parte ha estado ausente) sino lo que tres o cuatro empresarios deciden en sus campos de golf en los countrys privados.

La Vigésima Verdad cierra diciendo que “En esta tierra, lo mejor que tenemos es el pueblo”. Sin embargo no es lo que parece entender quienes apoyan al régimen neoliberal. Por el contrario, un pobre que es asistido es un “chori-planero” (con obvia asociación entre el choripán y el peronismo) y un pobre o indigente “un vago”. Son los mismos que consideran que “los pobres no llegan a la universidad” como dijo en 2017 la Gobernadora de la Provincia de Buenos Aires María Vidal en una recepción del Rotary Club (ONG con fuerte apoyo de Estados Unidos).

Al momento de escribir este texto, sin embargo, Macri eligió al menos peronista de los peronistas. El Senador Nacional saliente Miguel Ángel Pichetto habló de lacra al referirse a la inmigración latinoamericana, lejísimo del “Unido o Dominados” que Juan Domingo Perón preanunció para AMÉRICA LATINA en su futuro que para nosotros es el presente.

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