PENSAR UNA SEÑAL | 24 de Marzo, unidad de la Memoria en una voz de Nunca Mas

Por Adriana Fernández Vecchi

El 24 de marzo de 2025 se conmemora un día de profunda significancia para la historia argentina: el aniversario del golpe de Estado de 1976 que instauró una dictadura militar, la cual dejó una huella imborrable en el país. Esta fecha no solo rememora las atrocidades de ese período oscuro, sino que se ha convertido en un símbolo de lucha por los derechos humanos, de resistencia y de memoria colectiva. En este contexto, el 24 de marzo de 2025 adquiere una relevancia aún mayor, ya que se celebra con el foco puesto en el homenaje a los 30.000 desaparecidos, aquellos que fueron víctimas de la violencia política de la dictadura.
Este año, la presencia de las familias y la unidad de todos los sectores de la sociedad argentina son elementos clave en la conmemoración. La familia es el pilar fundamental en la preservación de la memoria histórica, pues son ellos quienes han mantenido viva la lucha por la justicia, a pesar de los años transcurridos. Las madres y abuelas, a lo largo de varias décadas, se han erigido como símbolos de resistencia, enfrentando no solo la pérdida de sus seres queridos, sino también la indiferencia o el olvido de una parte de la sociedad y de las instituciones. En este 24 de marzo, la multitud que se reúne en la Plaza de Mayo refleja una gran diversidad: jóvenes, adultos, organizaciones sociales, sindicales, culturales y políticas. Todos se encuentran unidos bajo el mismo estandarte de justicia, reivindicación de derechos y la memoria de los 30.000.
El discurso de la abuela y la madre de Plaza de Mayo, figuras emblemáticas del Movimiento de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, es uno de los momentos más esperados y emocionales de la jornada. En sus palabras, se combinan la emoción, la denuncia y la esperanza. Ambas, con sus años de lucha, siguen siendo el rostro de un pueblo que se niega a olvidar y que exige justicia. Sus discursos no solo rememoran las tragedias pasadas, sino que también insisten en la importancia de construir un futuro basado en el respeto a los derechos humanos, la no repetición de los crímenes del pasado y el fortalecimiento de la democracia.
Lo más conmovedor es cómo, a pesar del dolor y la tragedia, el ambiente en la conmemoración del 24 de marzo de 2025 está impregnado de un sentimiento de alegría contenida. Este no es un festejo vacío, sino una celebración de la vida, la resistencia y la fortaleza del pueblo argentino. La alegría se presenta en las sonrisas, en las banderas, en los cánticos de esperanza que resuenan en la plaza. La unidad de los sectores de la sociedad, más allá de las diferencias políticas e ideológicas, se hace palpable. Este es un día de encuentro y de reafirmación del compromiso por la justicia.
El clima festivo no oculta el profundo dolor, sino que lo honra. Es un recordatorio de que la memoria y la lucha por los derechos humanos son la base sobre la cual se construye una sociedad más justa, inclusiva y democrática. El 24 de marzo de 2025, en este ambiente de unidad y celebración, se confirma que el pueblo argentino sigue adelante, con la fuerza de la memoria viva y la convicción de que la justicia, aunque lenta, siempre llega.
Nunca más es reafirmas la No repetición bajo cualquiera de sus formas. Otras formas como la represión en las calles donde se manifiestan, la criminalización del reclamo de derechos, desfinanciando los sitios de la memoria echando trabajadores o dificultando su funcionamiento es cercenar el orden probatorio para los juicios de lesa humanidad, como los archivos y la búsqueda de los nietes aun no recuperados. Las madres y abuelas, los sobrevivientes, al igual que las nuevas generaciones, siguen adelante con un mensaje claro: Nunca Más.

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