Por Patricia Ongania
En medio de una tarde conmovida en nuestro país por el caso Loan, apareció espectacularmente el intento de golpe de Estado en Bolivia, con imágenes de la represión de las Fuerzas Armadas contra el pueblo boliviano que defendía su democracia. Las democracias latinoamericanas aparecen debilitadas, por el empobrecimiento general de la población , la inestabilidad institucional, y la violencia que empieza a caracterizar a nuestra población.Considerábamos a los golpes de Estado como una especie de rémora del pasado, no solo argentino, sino latinoamericano, pero hoy nos despertamos con la sede del gobierno boliviano tomado por el ejército boliviano al mando del comandante general Juan José Zúñiga. Impactante noticia, circunstancias que creíamos ya imposibles, pero los dinosaurios siempre vuelven.
Días atrás, el presidente Arce ya había alertado por una serie de movimientos irregulares de las Fuerzas Armadas bolivianas e hizo un llamamiento a que se respete la constitución.En este escenario, Evo Morales, llamaba a un paro general por tiempo indeterminado y el “bloqueo de caminos” para evitar “ que las Fuerzas Armadas violenten la democracia y amedrenten al pueblo”.
En rechazo al golpe de Estado, la COB (Central Obrera Boliviana) se declaro en huelga indefinida más “el traslado de todas las organizaciones sociales y sindicales a la ciudad de La Paz para defender y restituir el orden constitucional”. A través de este comunicado la COB rechazó contundemente el actuar del Ejército boliviano.
En respuesta al movimiento sedicioso Arce, nombró una nueva cúpula militar en medio de una multitud de ciudadanos movilizados hasta la Plaza Murillo.
Evo Morales, al mismo tiempo, exigía que se iniciase un proceso penal contra el general rebelde, y por ser el secretario político del MAS, el Movimiento al Socialismo, reveló que las autoridades del partido estaban reunidas pero todavia no estaban en condiciones de definir si el levantamiento era , más, un autogolpe del presidente Arce o una aventura del general Zúñiga.
Pero, de todas maneras, el MAS que responde al expresidente boliviano, se unió a las movilizaciones en Cochabamba para defender la democracia. Hacia el fin de la tarde se inició la retirada de los tanques y del personal militar movilizado frente a una multitud popular que cantaba el himno nacional. Además estas personas coreaban al unísono “Lucho no está solo”, en claro apoyo al gobierno constitucional.
En respuesta al intento de interrupción del gobierno, el presidente Arce le tomó juramento a los nuevos mandos de las fuerzas militares. Mientras que todos los gobiernos rechazaban el intento de golpe, el gobierno argentino se manifestaba tibiamente en contra a través de la canciller Diana Mondino.
José Wilson Sánchez Velázquez, es el nuevo comandante del Ejército, Gerardo Zabala Alvarez, de la Fuerza Aérea y Renan Wilson Guardia Ramirez, comandante de la Armada. Luego de su asunción Sánchez ordenó la retirada de todo el personal movilizado .
En medio de este clima de violencia institucional, en Bolivia, los medios hablan de la responsabilidad en estos hechos de la disputa entre Luis Arce y Evo Morales. El gobierno de Arce atraviesa serios problemas económicos, escasez de combustibles, mas una disputa por el poder con el ex presidente, tal como relatan los medios de comunicacion bolivianos.
Juan José Zúñiga , el comandante que se sublevó, lleva semanas criticando a Evo Morales por su campaña para volver a la presidencia . En la televisión boliviana Zúñiga habia manifestado que Morales “no puede ser más presidente del país”, y además advirtió que llegado el caso no permitiría que “se pisotee la Constitución y desobedezca el mandato popular”.
Y a este escenario se suma la idea de Morales de que ya es tiempo de volver al poder, haciendo tambalear el poder presidencial, con , según se dice en Bolivia, manifestaciones populares en contra de Arce, un parlamento paralizado con enfrentamientos ante el Poder Judicial.
Es visible la grieta que existe en todas las instituciones políticas de Bolivia, ya denunciada por el expresidente , quien además denunció que el comandante Juan José Zúñiga Macías lideraba una facción, cuyo objetivo era perseguir a los líderes cocaleros y asesinarlos. Zúñiga había declarado que Morales no puede ser más presidente del país, por estar inhabilitado y que llegado el caso, el ejército no permitiría que “pisotee la Constitución y desobedezca el mandato del pueblo”
La democracia boliviana, tan frágil como muchas latinoamericanas, una vez más se tambalea y nuestro gobierno sólo se manifiesta tibiamente, a través de Mondino, pero la Oficina del Presidente se mantiene indiferente. Mientras que los presidentes de toda Latinoamérica se han declarado a favor de la democracia, nuestro gobierno hizo solo un tibio reclamo … “Los gobiernos, sean buenos o malos, gusten o no, se cambian únicamente en las urnas. No se cambian con violentos golpes de Estado. La democracia no se negocia”, afirma en su mensaje en X, la canciller Mondino, una vez que ya había sido sofocada la revuelta.