Nora Morales de Cortiñas nació el 22 de marzo de 1930. Su vida fue por caminos habituales para su época. Se casó muy jovencita, tuvo dos hijos, Gustavo y Marcelo. Daba clase de costura a las vecinas en su casa. Su mundo era su familia, su hogar.
Sin duda esa vida se terminó cuando desapareció su hijo. Lo buscó sin pausa. Se encontró con otras madres que estaban en la misma situación. Usaban un pañuelo blanco en sus cabezas para reconocerse. Así se unió a las Madres de Plaza de Mayo.
Se transformó en una militante de la búsqueda de su hijo, y de los demás hijos. Se enriqueció dentro del dolor.
Acostumbraba a dar charlas a los niños en las escuelas. Alocuciones a adolescentes y adultos, en la facultad. Asimismo exponía sobre derechos humanos en la Facultad de Ciencias Económicas donde explicaba el sentido y la lucha por los derechos humanos.
Nuestra querida Norita era infatigable andariega. Recorría las calles de Buenos Aires. Viajó por todo el mundo. Visitó las Islas Malvinas. Siempre a favor de la justicia y la memoria. Acompañó todos los movimientos de lucha por los derechos de los más vulnerables.
Con su enorme simpleza siguió reclamando a lo largo de toda su vida por verdad, memoria y justicia. Con su dulce voz, pero a la vez con la fuerza de un huracán para gritar contra la injusticia.
Una mujer pequeña físicamente pero gigantezca en sus valores morales y empatía. Hablaba ante miles de personas y su voz no le temblaba.
Peregrina imparable que seguirá recorriendo los caminos porque, como ella decía, “donde haya una injusticia, donde haya una lucha para combatir injusticias, ahí estaremos”
Te vamos a extrañar, pero siempre estarás presente en nuestros corazones y en todas las luchas para reivindicar los derechos de los olvidados.
Como homenaje recordamos un poema de Norita para su hijo desaparecido:
“Hoy caminé tus calles
de angustia y dolor
hoy caminé tus calles
de esperanza y de amor
Recuerdo…vos tenía solo 20 años
tu mirada clara, tu mano extendida
hacia aquel hermano que nada tenía
Hoy caminé tus calles pisando ese barro
que muchos pisaron. Vi esos rostros nuevos,
para mí, que tan caros eran a tu sentir
Recordé tus gestos de buen compañero
que sienten su pueblo ese gran lamento,
la falta de todo, menos del amor
Hoy te vi Gustavo íntegro y solidario,
te soñé a mi lado, dándote la mano,
tu mirada pura, tu sonrisa plena”
Reivindicamos tu lucha, tus sueños, tu solidaridad, tu compañerismo, tu incansable compromiso.
¡¡¡AHORA Y SIEMPRE TE QUEREMOS!!!
¡¡¡SIEMPRE PRESENTE!!!
HLVS!