Por Daniel do Campo Spada.
Tancredo Neves (1910-1985) fue elegido Presidente por el Colegio Electoral y falleció el 21 de abril de 1985, antes de haber asumido. Una afección intestinal fue lapidaria para su salud. Sin embargo, su rol electoral fue un puente entre la larga dictadura militar y un nuevo proceso que se abría no solo en Brasil sino también en el continente, donde de a poco los países vecinos también volvían a la democracia. Argentina, Uruguay, Chile y Bolivia marcaron al final del siglo XX un cambio de época en el que el gigante sudamericano tenía reservado un rol trascendente.
Neves llegó apoyado por Ulisses Guimaraes (1916-1992), considerado el dirigente más importante del retorno al proceso democrático. Avalando esa decisión cuando ocupaba el cargo Presidente de la poderosa Cámara de Diputados entre 1985 y 1988. En ese recinto se perciben los espacios de poder del Estado federal, tema del que hemos hablado en otros capítulos y fue determinante en el Colegio Electoral, forma indirecta de elección que aún tenía Brasil.
Guimaraes culminó con su estrella cuando en 1989 fue candidato presidencial por el Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) y perdió. Tres años después falleció en un accidente en helicóptero cuando viajaba con el Senador Severo Gómez y las esposas de ambos junto al piloto. Las circunstancias del incidente fueron extrañas y nunca hallaron su cuerpo.
El flamante período democrático tuvo que ser encabezado por el escritor José Ribamar Elías Nascimento Ferreira de Araújo Costa Sarney, nacido en 1930 que era el compañero de fórmula de Neves. Integrante de la revista A Ilha y de la Academia Brasileña de Letras en 1980. Su familia disponía de medios de comunicación, por lo que disponía de un tinte humanista que contrastaba con los mandatarios cuarteleros que venía sufriendo Brasil.
La familia Sarney era dueña del conglomerado Sistema Mirante de Comunicación, que constaba de tres canales de televisión, varias decenas de repetidoras de la Rede Globo, seis emisoras radiales y el periódico O Estado de Maranhao.
El hecho de haber sido un Vice civil dejó a Sarney en un escenario de gran debilidad en el que tuvo que hacer gran equilibrio en un contexto económico complejo. Como el resto del Tercer Mundo la deuda externa comenzó a marcar la agenda. Por eso en febrero de 1986 lanzó el Plan Cruzado. Este consistía en congelar los precios por 12 meses y el reajuste automático de los salarios si la inflación llegaba a superar el 20 %.
El Cruzado reemplazó al Cruzeiro como moneda de cambio. Aunque la inflación se detuvo los empresarios provocaron desabastecimiento de productos lo que alimentó el mercado negro, un espacio donde no lograba contenerse la especulación que terminaba perjudicando a los consumidores.
El crecimiento de la inflación generaba la actualización de salarios y con esa excusa nuevamente los empresarios incrementaban los precios, sin tener en cuenta lo que es una estructura de costos. Dicho de otra manera, el precio final era equivalente al aumento del sueldo cuando este apenas ocupaba una pequeña porción de los costos, por lo que las ganancias de los dueños de las fábricas (sobre todo en alimentos) aumentaban cada vez más.
Ante el descalabro del mercado comercial interno todo era sostenido por un incremento de la obra pública, elemento utilizado también por la reciente dictadura militar. Al calor de su fomento crecieron en forma exponencial las corporaciones empresarias. Estas quedaron con un poder irrepetible más allá de las alternancia de los gobiernos.
En 1986 el Partido Movimiento Democrçatico Brasileño (PMDB), el Partido de Sarney, ganó casi todas las Gobernaciones. En el marco de la normalización institucional se consolidaba el oficialismo. Esto le dio aire para soportar el golpe inflacionario inducido por los empresarios y lanzó el Plan Cruzado II.
El 20 de enero de 1987, en una profundización del plan económico declaró la moratoria de la deuda externa. Como era de esperar los mercados financieros castigaron todo lo que pudieron a Brasil. La mafia de las finanzas internacionales mostraba una vez más sus insensibles dientes.
La falta de financiamiento obligó a que en junio de 1987 se aplicara el Plan Bresser en mención al Ministro Luis Carlos Bresser Pereira (1934). Este consistía en la quita de subsidios, el aumento de impuestos, la derogación de los aumentos salariales automáticos y aunque se volvió a aplicar el control de precios la especulación empresaria siempre lo boicoteó.
Ante el fracaso del proyecto anterior, el 16 de enero de 1989 lanzaron el Plan Verano que arrancó con una nueva moneda llamada Cruzado Novo. La paridad era en base a una devaluación del anterior Cruzado. Se reajustaron parte de los depósitos bancarios con gran pérdida de los ahorristas. Al igual que en su vecina Argentina, Brasil vivió una hiperinflación que entre febrero del 89 y el mismo mes de 1990 los índices anuales llegaron al 2751 %.
En medio de esa crisis económica se reformo la Constitución con una cláusula fundamental que consistía en la elección directa de los presidentes. Ello no ocurría desde 1959 y comenzó a regir en las elecciones siguientes, tanto a final del siglo XX y como a comienzos del siglo XXI.
Tras su presidencia, José Sarney fue Senador hasta el año 2015.