“Sin saber cuál es el límite,
de absoluta tolerancia,
afectos, vibración, emoción,
esas vagas necesidades humanas,
que nadie dice conocer,
que ya casi todos esconden
como aquel viejo diario
que escribimos cuando aún los sueños…
La palabra amor enunciada,
dicha, demostrada,
era cosa de humanos…
y éramos humanos, percibíamos
el alma, corazón, piel
que latían sin duda, literal,
Las revelaciones ya no sirven,
nuevas preguntas sin respuesta,
se antepone el sarcasmo al sentir,
entonces,
dejo las puertas abiertas,
sin temor al ladrón…
Ya no pienso si vendrás…
ya no iré a buscarte,
sin importar lo que se han llevado…
solo quedo yo, mis caricias de vos,
el afable hogar,
mi intento de comprensión,
mis silencios de escuchar,
mis historias que ya sabes,
y la esperanza única
de un amanecer,
La huella en la arena de dos
es mi mejor poema,
que solo habla de un hoy,
nosotros, sin los otros, sin tiempo,
No pretendo más promesas,
no te busco, no te pienso …
si es que el hoy no es bueno,
espero la mañana, y el sol…
entrando por la lumbrera
que aún abierta está,
luz irrumpirá, y la brisa fresca
que barre todo espanto,
más allá de vos, de mí,
de una historia, un cuento
o solo esto, mi fantasía,
de llegar y trascender…”
Alfredodippolito© Villa Gesell-30.01.22-