Por Juan Latrichano
Tras haberse cumplido siete meses desde que se aplicó la cuarentena en nuestro país, resulta necesario hacer un balance para establecer éxitos y fracasos. En primer lugar corresponde decir, contra el pensamiento más difundido, que es falsa la idea relativa a que llevamos siete meses de cuarentena. Por lo menos la situación actual difiere sustancialmente, tanto de hecho como de derecho, con la situación inicial.
Dicho esto corresponde evaluar los resultados alcanzados. Es cierto que esperábamos otros números desde luego menores, en materia de ocurrencias y muertes, para esta fecha. Pero no es menos cierto que no temíamos que el virus se intensificara, como lo viene haciendo, en los países donde supuestamente lucía derrotado (ejemplo España, Francia etc.).
A la luz de estos acontecimientos corresponde destacar dos resultados obtenidos:
1. No ha habido colapso sanitario, con excepción de algunas regiones, ni se avizora que ese problema pueda producirse. En consecuencia el insumo principal logrado fue el tiempo. Esto permitió ampliar el parque sanitario.
2. En la Ciudad de Buenos Aires y en el Conourbano la curva de casos comenzó a bajar. El mal resultado a nivel del país se da por el incremento de ocurrencias en el interior. En muchos casos ello sucedió debido a la falta de aplicación de una cuarentena más estricta.
En cuanto a lo económico al día de hoy se discute el parate impuesto por el Gobierno con sus consecuencias para la economía. Se suele comparar este desempeño con el de otros países. Sin embargo se pierde de vista que con excepción de China, que creció en forma tenue, la mayoría de los países redujo su actividad económica. Al mismo tiempo se critica la expansión del déficit fiscal y la emisión monetaria.
Quizás estos puntos de vista adviertan estrategias alternativas. A mi modo de ver no las han explicitado. Insisto en que la alternativa de relajar la cuarentena se aplicó en algunas provincias o regiones y los resultados fueron nefastos. Con respecto a la cuestión fiscal y monetaria no aparece en el horizonte otra alternativa en el marco de la utilización de la estrategia de cuarentena parcial. Todo aplicación suele tener caminos alternativos. Quizás en este caso existan. Falta que alguien los explicite.