Por Daniel do Campo Spada
(TV Mundus para CEDIAL)
Los oligopolios Clarín, La Nación, UNO y Cadena 3, los diarios porteños Perfil, Cronista, Ámbito Financiero, El Economista, La Prensa y sus similares del interior del país apoyan la reelección del régimen de Mauricio Macri. Ello se replica en las radios y en los centenares de canales televisivos que disponen en todo el país. También manejan el Estado por lo que todos los medios estatales también están en línea con la Casa Rosada. Disponen de un blindaje informativo superior a la dictadura de Jorge Videla en la que se formó el holding SOCMA de la familia presidencial. A pesar de eso, por las dudas, tienen el arma del fraude electoral junto a la empresa estadounidense Smarmatic a la que le otorgaron el manejo de los datos del comicio por decreto del Poder Ejecutivo sin consultar al Congreso ni a la Cámara Nacional Electoral.
La última reforma electoral, en la que tanto colaboró el hoy candidato a Vicepresidente del PRO, el ex “peronista” Miguel Ángel Pichetto permite que los empresarios pongan dinero mientras que los sindicatos están inhibidos. Una restricción que va en contra de los preceptos republicanos básicos en tanto que los dirigentes gremiales son elegidos por sus bases mientras que a los empresarios no los quieren ni sus empleados.
Nunca como en esta ocasión se ha disfrazado la realidad de una forma tan grosera. Mientras cientos de miles de personas perdieron su trabajo, millones son pobres y casi un tercio de la población no dispone de vivienda. Sin embargo, toda esa orquesta monumental de medios (que se prolongan a su poder en internet) solo parece preocupado por el valor del dólar. Mientras que se aferra a ese solo dato como un náufrago al palo mayor del barco, las arcas nacionales pierden miles de millones de dólares de reservas del Banco Central (BCRA) y se financian con las Leliqs que todos los días le venden a los bancos sumando una cifra monstruosa (u$s 1.200.000.000).
Junto a sus cómplices mediáticos el régimen planea una campaña desigual en la que tratarán de manipular a los ciudadanos “indiferentes” por desidia o ignorancia para obtener su reelección. Junto a los jueces que inventan causas desde que tomaron el poder en diciembre de 2015 intentarán recrear las imágenes de corrupciones en su mayoría falsas. Pero eso no le importa a nadie ya que en Argentina hemos perdido el estado de derecho. La lucha es totalmente desproporcionada contra una decena de medios web entre los que están TV Mundus y ECO Informativo, un par de radios, un canal de cable y tres o cuatro diarios que informan la verdad cotidiana.
El régimen tiene preparada una noticia falsa (fake news) para pegar a último momento. De esa manera dejarán sin respuesta a los pre-candidatos de los partidos opositores. Ya lo hicieron con Aníbal Fernández en las elecciones a Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, donde lo acusaron falsamente de haber sido responsable del triple asesinato de General Rodríguez. Dos años después se demostró que todo era falso, pero por mentir nadie pagó ningún costo, al tiempo que los bonaerenses eligieron a María Vidal que era la representante del régimen de ultraderecha.
El eslabón más débil sigue siendo el ciudadano que dice “la política no me interesa” y luego vota lo que le dicen los medios de la corporación.