Por Mgter Marta Martinangelo
Cuando estaba terminando mis estudios secundarios, con todo la carga que suponía para una joven adolescente de familia humilde del barrio de Flores; mi hermano, un poco mayor que yo, me regalo un libro. No era un texto escolar a los que estaba acostumbrada pero en su primera hoja encontré este pensamiento
“Y tiendes tus alas hacia la excelsitud inaccesible afanoso de perfección rebelde a la mediocridad llevas en ti el resorte mágico de tu ideal no lo dejes apagar [porque] si lo haces te convertirás en una fría bazofia humana” (José Ingenieros, El hombre mediocre)
Confieso nunca lo leí entero pero nunca dejó de resonar en mis pensamientos “no convertirme en una bazofia humana”. La palabra bazofia suena fuerte, genera rechazo y eso no lo quise para mí.
Hoy a los 74 años sigue siendo un pensamiento brújula que me alienta, más allá que sea el único pensamiento compatible que pueda acreditar con su autor. La utopía es el elemento vital que me permite vivir en armonía consigo misma, me inserta en una construcción colectiva que me trasciende y le otorga sentido a mi vida en esta construcción.
Mi utopía tiene banderas populares para mí y para mi descendencia, las que nos legó Mariano Moreno al pensar la Patria como nuestro lugar en el mundo. La Utopía sólo puede construirse en un largo proceso socio histórico, la Utopía solo es posible si nuestra vida se percibe y se compromete con un deseo que excede lo individual para pasmarse en un nosotros. Ojala en el 2018 renovemos nuestra energía y nos unamos para luchar por una Patria soberana, que se cimente sobre la equidad y a justicia social, donde el respeto por el otro sea un valor y no una moneda de cambio.
Mi utopía no es un pensamiento en soledad mi utopía implica el sentido de trascendencia de mi vida es ser parte de la construcción de la Patria, del nosotros que incluye a todos los que lucharon y luchan para constituirnos en nuestra identidad, también a las naciones de los pueblos primeros en cuyo suelo nacimos.
Sin desmerecer a otros patriotas y, como esta nota tiene un cierto sentido referencia, transcribo algunas reflexiones de Mariano Moreno mi brújula:
“Puesto en manos de la Providencia y habiéndome hecho cargo de todo, resolví entregarme a la marea de los acontecimientos (…) porque las empresas arduas siempre presentan grandes dificultades, y por consiguiente grandes remedios (…) los ánimos generosos se desenvuelven en medio de las más horrorosas tempestades (…) donde se cifra la vida de un hombre y el destino de un estado.”
“No se me podrá negar que en la tormenta se maniobra fuera de regla, y el piloto que salva el bajel, sea como fuere, es acreedor a las alabanzas y los premios”. “No hay lugar para los medrosos y así debe ser, en definitiva, un piloto de tormenta en medio del vendaval”.
“Nunca podrá encontrarse señal más segura de la decadencia de un …(país) que la impunidad de sus delitos […] si los que delinquen encuentran protección en los magistrados….advirtiendo una indolencia, que se retrae aun de su averiguación, es el signo del envilecimiento de la Ley y la degradación de un juez” Entre nos parece que el proceso repite la historia.
Por un 2018 fortalecidos, buenas ondas
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