Por Adriana Fernandez Vecchi
A lo largo de los procesos históricos “las sociedades se entregan a una invención permanente de sus propias representaciones globales, otras tantas ideas-imágenes a través de las cuales se dan una identidad, perciben sus divisiones, legitiman su poder o elaboran modelos formadores para sus ciudadanos” Toda las representaciones de la realidad social, elaboradas a través de un vasto sistema simbólico, tienen una realidad específica que se sustenta en el impacto sobre los comportamientos sociales y las mentalidades. Los imaginarios sociales se construyen a través de símbolos. Estos “designan tanto el objeto como las reacciones del sujeto hacia ese objeto;… función del símbolo no es sólo la de instituir distinciones, sino también la de introducir valores y de moldear conductas individuales y colectivas;… todo símbolo está inscripto en una constelación de relaciones con otros símbolos;… las formas simbólicas… forman un campo en donde se articulan las imágenes, las ideas y las acciones”.
El imaginario de la cultura latinoamericana es el resultado de la experiencia de un “nosotros” como pueblo proyectado en las distintas maneras de simbolizar el arraigo.
El pueblo ensaya símbolos que le permiten insistir en sus propios valores. Desde esta perspectiva, se entiende el símbolo como un baluarte en el cual se refugia una comunidad para salvaguardar la significación de su existencia. Implica, además, la defensa existencial frente al avasallamiento de sus derechos
Milagro Sala irrumpe en la historia como el emergente de un imaginario que resiste a las acciones indignas e insiste en la construcción de la soberanía popular. Ella asume la tarea de orientar, de gestionar la esencia de la cultura popular hacia instituciones propias.
Milagro Sala es el símbolo de la lucha de los derechos de los excluidos, de las instituciones que se gestan desde una organización autárquica de sectores que encarnan lo diverso frente una cultura hegemónica
Además, es Mujer símbolo de la inteligencia emocional, que desde la antigüedad representa como Antígona la reivindicación de las leyes populares, mandatos de una lógica popular frente a la Ley de un Estado aristocrático como Creonte.
Así como Creonte no soportó la denuncia a la insensibilidad y pone presa a Antígona El Estado Jujeño y sus aliados rompen la legalidad del Derecho y ponen presa a Sala.
No es sólo a una dirigente sin más; es Símbolo de lo diverso, de la capacidad de organizar instituciones inclusivas, de una etnia originaria y es mujer
Un símbolo que reclama
No ser abandonada a vivir en la mentira,
No ser abandonada en la violencia organizada
No ser abandonada en la injusticia.
El que avasalla ensaya formas de destitución, de destrucción de representaciones simbólicas. Quiere mostrar la razón de su poderío sin razón, a la potencia de la Convicción del Amor
Hace un año Milagro Sala
Hoy el Pueblo Mapuche
Mañana ….,
En cada una de esas operaciones somos todos abandonados ….
El CEDIAL no puede más que condenar La Mentira, la violencia organizada en sus formas refinadas a través de los medios y de estructuras jurídicas y la injusticia que manifiesta la violación a los derechos civiles y a los derechos de la diversidad, a los derechos humanos.