Por Claudia Ines Kolaja.
He tenido la oportunidad como integrante del CEDIAL de concurrir a la XXVII Edición de los juegos Mapuches Tehuelches que se realizaron en la Escuela Rural N°67 de Cushamen.Todo se inicia con la ceremonia de las rogativas conducidas por los Lonkos y “las viejas” acompañados por mujeres y hombres de la comunidad. Se colocan todos mirando al sol esperando su amanecer. Allí, luego de hablar los Lonkos, las mujeres de dos en dos giran alrededor del tributo que se le hace a la tierra. Dos de ellas reparten a los hombres maíz que ellos depositan sobre la tierra y lo rocían utilizando un manojo de hojas de alfalfa. Todo culmina con la música del tambor y la trutuka, elevando sus manos al sol con las rogativas realizadas.

Las mujeres forman un núcleo compacto que impide ver con claridad la ceremonia. Eso es parte de su cultura: muestran pero no del todo. Muestran y ocultan al mismo tiempo. Ellas llevan pañuelos en sus cabezas. Las jóvenes los atan hacia arriba y las viejas con un nudo debajo del mentón. Esos pañuelos significan proteger sus pensamientos, su sabiduría. Las más jóvenes aún tienen para aprender. Las viejas tienen su sabiduría completa.
Luego de la ceremonia, nos sentamos en círculo alrededor de un fogón donde se estaquea un cordero que se compartirá sobre una rodaja de pan. Ya son cerca de las 9.30 am. Mientras se conversa y se intercambia. Todo acompañado de mate cocido, pan con chicharrones, tortas fritas y calzones rotos.
Cerca de las 11 am comienza el acto escolar tanto en español como en mapudungun. Entran las banderas tanto argentinas como mapuches de las distintas escuelas rurales de Cushamen.
Se comparte un asado con ensaladas y luego comienzan los juegos: 1.Llevar una pelota pequeña con el palín de un lado a otro. 2: un niño al que se le coloca una cola de zorro es corrido por otros para quitárselo. O bien se esconde entre la vegetación típica de la meseta y deben encontrarlo. 3. Se lanzan flechas o boleadoras de lana hacia maquetas de animales como ovejas o ñandúes.
Luego se merienda.
Al dia siguiente muy temprano vuelve a realizarse una pequeña ceremonia de la comunidad junto a los alumnos y profesores de educación física que participarán de la corre caminata durante 25 km subiendo y bajando cerros hasta la Escuela N°69 donde se entregará al director uno de los palines y el libro de actas de los juegos. El año próximo será esta escuela la que de inicio a los juegos.
Quienes fuimos nos cuidamos de preguntar demasiado. Debimos poner en suspenso nuestro deseo de saber. Una tejedora nos dice: “los blancos preguntan demasiado”. No han tenido buenas experiencias de otros huinkas que llegaron a querer saber. Difamaron y distorsionaron. Por eso se cuidan de hablar y nosotros de preguntar. El silencio prima y el respeto hacia estas comunidades siempre avasalladas y hoy tildadas de terroristas que viven en parajes alejados donde es difícil pensar la sobrevivencia.
Como dice uno de sus murales: Aikutufein curruf welu raquizuan nentun ñikufklein zungu. Escucha al viento que inspira y al silencio que habla.
Encantador relato!!!
Muy bella experiencia!!!