Por Adriana Fernández Vecchi
Vamos a realizar un ejercicio de imaginación y pensar si Rodolfo Walsh estuviera vivo hoy. Es probable que tuviera una perspectiva crítica y profunda sobre la situación actual de Argentina. Con su estilo de escritura incisivo y su compromiso con la justicia social, Walsh podría señalar las contradicciones y las injusticias que aún persisten en el país, muchos de los cuales siguen siendo temas centrales en su obra.
En primer lugar, probablemente denunciaría las desigualdades económicas que continúan marcando a la sociedad argentina. Walsh, quien fue un ferviente defensor de los sectores más vulnerables, seguramente señalaría la creciente brecha entre ricos y pobres, y cómo la pobreza sigue siendo una realidad para millones de argentinos. Podría referirse a la inflación cuyos valores no impactan en la calidad de vida de la población, pues hay situaciones que empobrece a las clases medias y bajas, y el desempleo, que sigue siendo un problema estructural. Además, la deuda externa y las políticas neoliberales implementadas por gobiernos sucesivos serían objeto de crítica, como lo hizo en sus escritos sobre la dictadura y sus efectos en la vida económica y social del país.
En términos políticos, Walsh seguramente observaría con preocupación la polarización extrema que caracteriza al debate público en Argentina. Con su firme creencia en la necesidad de un periodismo ético y comprometido, probablemente expresaría su desconfianza hacia los actores políticos que se valen de las divisiones para obtener poder, en lugar de trabajar por el bien común. En este contexto, podría hacer una crítica a los líderes que anteponen sus intereses personales o partidarios a la necesidad urgente de acuerdos que promuevan la justicia social y económica en el país.
En relación con la violencia institucional, un tema que Walsh trató de manera tan cruda y visceral en su obra, también se haría eco de las preocupaciones actuales sobre la violencia policial, la represión a las protestas y la falta de garantías de derechos humanos. Probablemente, señalaría la impunidad con la que actúan algunos sectores de las fuerzas de seguridad, así como la criminalización de militantes sociales y políticos, un problema que sigue siendo vigente en Argentina.
En resumen, Rodolfo Walsh hoy no solo continuaría con su tarea de desenmascarar la corrupción y las injusticias, sino que también instaría a un despertar colectivo, llamando a la reflexión sobre cómo una sociedad que sufrió tanto durante la dictadura no debe permitir que se repitan los mismos errores. Su llamado sería a la acción, a la justicia social y al compromiso con la verdad, tan necesarios como siempre en la Argentina actual.