Por María Victoria Escoz.
Una barrera de cascos
y uniformes,
ojos congelados,
músculos tensos en la cara,
manos agarradas de las armas
Como un muro de piedra.
Algunos disfrutan
esa migaja que el poder les deja,
de someter a otros más desvalidos,
y borrar su propia debilidad.
Otros simplemente
obedecen órdenes,
aceptan ser pensados.
¿ Y sus latidos ?
Cuando la noche oscurezca
la vereda,
volverán redoblando el paso
de sus botas .
Los esperará una mesa servida,
una mujer, los hijos, el perro.
Los gases , la sangre, los gritos
quedarán afuera,
en otra escena.
¿Y sus latidos ?
La tele los mostrará como héroes
o villanos.
Muchos los aplaudirán
desde el living
por defender el orden
de sus cuatro paredes
y sus colegios privados.
Afuera quedarán los gases , la sangre,
los palos.
¿ y sus latidos ?
Ilustración: Darío Isólica
Muy potente el poema de Vicky Escoz!!! Me gustó mucho!!!
Darío, ojalá exista ese lugar desde donde puedas ver la imágen hermosa con la que ilustraste el poema de Vicky.
Sufriste mucho. Descansá en paz.
SIT TIBI TERRA LEVIS.