Por Patricia Onganía.
El acto del 9 de Julio, día de nuestra independencia, fue la celebración del Acta de Mayo, firmada por el Presidente Milei y algunos gobernadores, sin que se pudiese ocultar la liviandad y el amarretismo simbólico que destilaba el acto público, justificado, sin embargo, por Sergio Ziliotto, gobernador de La Pampa, de este modo: … “No es tiempo de fiestas, ni grandes actos”, según refirieron los matutinos de la ciudad de Buenos Aires, a posteriori del rimbombante acto.Sin embargo, claramente Milei consiguió lo que quería: que los mandatarios provinciales elegidos democráticamente, mostraran docilidad ante el gobierno nacional.
Milei les hizo firmar el día lunes, un pacto que no admitía ningún tipo de discusión previa y con varios puntos ya contemplados y solucionados en la Constitución Nacional. Tal vez, estemos nosotros ingresando en un especie de renglón intelectualoide que no parecería interesar a nadie, pero vale la pena reflexionar un momento sobre la definición de los términos utilizados por el presidente para referirse a este acuerdo. Al principio lo que llamó Pacto de Mayo, pasó a llamarse Acta de Mayo, y debiéramos detenernos un minuto en el significado de ambos términos. Según los diccionarios corrientes, un acta es un documento cuyo propósito, es dejar una constancia escrita de lo tratado en una reunión y de los acuerdos alcanzados; mientras que el pacto implica un acuerdo o compromiso, cuyos involucrados aceptan respetar aquello que se estipula en el pacto, que involucra una fidelidad de la que carece el acta, puesto que ésta no implica la obligatoriedad de la obediencia… si consideramos que varios gobernadores no aceptaron los términos del gobierno nacional, se entiende el cambio de nombre y figura institucional hecho, aparentemente, por Santiago Caputo,
Más allá de lo que las palabras destaquen, se vio de modo indiscutible el maltrato presidencial hacia los gobernadores, al dejarlos a la intemperie, en horas de la madrugada, (recordamos sin querer, el imposible sol de diciembre, que atacaba a la audiencia del discurso inaugural de su presidencia, sentada al aire libre a las puertas del Congreso, sobre la Avenida Callao).Así, en esta nueva ocasión, en medio de la rigurosidad de una ola polar, que incluso, por estas horas todavía se presenta en el territorio nacional, el presidente no dudó en sacarse fotos en la histórica Casa de Tucumán, en medio de un clima riguroso, postergando el inicio del acto al aire libre. Además los mandatarios se vieron enfrentados a la lectura de un discurso, en el que les decía a las provincias que debían hacer “un esfuerzo fiscal”, recortando la cantidad de empleados públicos, que contienen las administraciones provinciales. Dando muestras una vez más que ni el presidente ni su gabinete no sólo no tienen empatía por la población del interior sino que tampoco conocen su matriz económica y productiva.
Los gobernadores que rechazaron la invitación a Tucumán y la adhesión a las políticas nacionales formuladas en el Pacto, fueron Axel Kicillof (Buenos Aires), Gildo Insfrán (Formosa), Ricardo Quíntela (La Rioja), Gustavo Melella (Tierra de Fuego), Sergio Ziliotto (La Pampa) y Claudio Vidal (Santa Cruz). Estos gobernadores fueron objeto de una serie de agravios y por ello, inmediatamente salieron a responder.
La oposición al gobierno libertario, cuestiona los puntos del acuerdo, firmado por el presidente, su hermana Karina , secretaria general de la presidencia y dieciocho gobernadores, considerando que no será posible el progreso de una agenda legislativa con este alcance.
La noche del 8 de julio, una vez que todos estaban en su lugar, arribó el presidente, con un retraso, como le es habitual, de más de 15 minutos, lapso caracterizado por un incómodo silencio interrumpido por la irrupción de Karina Milei. Todo muy escenográfico, pero al mismo tiempo, vacío de simbolismo patrio. Se cantó el Himno Nacional y luego Milei los invitó a ingresar a la Casa Histórica de Tucumán .Cada uno de los gobernadores que aceptaron el convite, así fueron firmando el Pacto en medio de sumisas palmadas y cumplidos que Milei, displicentemente les daba.
En el último momento, la Casa Rosada decidió no condecorarlos con la “Orden de Mayo”,como era la intención inicial, del círculo íntimo del presidente. También se presentaron en Tucumán, diputados y senadores de la LLA, del PRO y del sector aliado de la UCR, representado por Rodrigo de Loredo, obviamente presente en el festejo,
El presidente además, les dedicó un párrafo a los gobernadores opositores, “hay muchos dirigentes políticos, sociales y sindicales …, que no están aquí para suscribir este acta….Algunos no están por sus anteojeras ideológicas, por miedo, o por vergüenza de persistir en el error o por no ceder los privilegios que el viejo orden les daba”, afirmó en su discurso, y luego sostuvo que “los que desoyen en el futuro pueden volver a la senda y encontrar la redención” (sic).
Varios salieron a responder el pasado miércoles, inmediatamente después del acto y destacó Kiciloff, quien respondió: “El único pacto que aceptamos en la provincia de Buenos Aires, es el que defiende el federalismo, la industria, el trabajo y los recursos nacionales, que garantiza los derechos y el bienestar de los bonaerenses”, decía el gobernador. Para asegurar inmediatamente: “Esto es luchar por nuestra independencia” y agregaba “por una Patria libre, justa y soberana, donde se pueda construir el futuro”.
El Acta de Mayo.
Desde la oposición se marcaron una serie de inconsistencias del Acta, por ejemplo cuando se habla de la inviolabilidad de la propiedad privada, ya confirmada y garantizada por la Constitución Nacional en su artículo 17. Pero también se cuestiona, desde el peronismo, el punto 3, que menciona la disminución del gasto público, en un guarismo cercano al 25% del PBI. En este punto el presidente Milei sostiene que luego del esfuerzo hecho por el gobierno nacional, para reducir varios puntos del producto, era ahora el turno de las provincias de llevar adelante el ajuste. Desde los gobiernos provinciales consideran que esto es imposible a menos que se dejen disparar los números del desempleo arribando a una crisis de difícil o casi imposible solución.
También se cuestiona el punto 4, referente a la educación , en el que no aparece en ningún lugar del texto la mención de que la misma debe ser pública, gratuita y de calidad, sino que aparecen los términos “útil y moderna”, en aparente exclusión de uno de los pilares de nuestra vida democrática. Además MIlei ha criticado y critica la creación de las universidades, considerando que uno de los graves problemas económicos que tuvo que enfrentar el Estado , es el financiamiento de la educación primaria y secundaria en desmedro de la superior , porque de este modo se ha desfinanciado a la educación primaria con el consecuente aumento del analfabetismo. Tampoco apoyaría el financiamiento estatal de las universidades públicas.
Y queda por destacar el punto 6, que habla de la “rediscusión de la coparticipación federal de impuestos, para terminar de ponerle fin al modelo de extorsión actual que padecen las provincias”, tema que ya se estableció en el artículo 75 de la Constitución Nacional.
Sin embargo, el mandatario se olvida que ese mismo artículo, en el inciso 2 describe la obligación de “mencionar a las contribuciones indirectas como una facultad concerniente a las provincias. Imponer contribuciones directas, por tiempo determinado, de manera proporcionalmente igual, en todo el territorio de la Nación , siempre que la defensa, la seguridad y el funcionamiento general del Estado, lo exijan”.
También se ha criticado la reforma laboral, previsional, que se impone a través de la Ley Bases, pero no podemos dejar de poner de manifiesto que son los jubilados actuales los que están pagando la mayor parte del equilibrio fiscal de Milei, con una fórmula que les robó un 8% y con un presidente que afirma que va a vetar cualquier ley que obstaculice el equilibrio fiscal.
Finalmente queda el artículo 10, relacionado a la apertura comercial , desde el Acta de Mayo se habló de un comercio exterior equitativo, que de facto ha sido en desmedro de nuestros aliados comerciales más importantes, por ejemplo Brasil y España, y además el presidente argentino ha dado un gesto de desprecio hacia el gobierno de Brasil al reunirse con el expresidente Jair Bolsonaro, sin ningún tipo de beneficio para nuestro país sino en un gesto de auto exaltación complaciente, en desmedro del bien común de los argentinos.