Por Patricia Onganía
El Presidente Javier Milei, anuncio el pasado domingo 3 de marzo el cierre de la agencia de noticias Télam. Al día siguiente , la cartera de Seguridad envió a las fuerzas policiales a bloquear el acceso a un medio de comunicación . Un hecho patético, es verdad, aunque es tiempo de usar los calificativos que corresponden: claramente autocrático.Mientras observaba ese acontecimiento, celebrado por las hordas de trolls en las redes e incluso por funcionarios públicos (¿quién puede ser tan indigno para burlarse del despido de 700 trabajadores?), no podía más que sentarme en una computadora y solidarizarme. Pero también reflexionar junto a Uds y por eso esta vez será a través de un texto cuya voz va a ser primera persona. Porque, en definitiva, lo que está en juego no es sólo el porvenir de una Sociedad del Estado como es el caso de Télam. Es más grande. Adquiere una dimensión institucional y, por ende, lo une como una pieza más de un esquema de acciones que todos los días nos sacan canas verdes, como diría mi madre.
Y por eso, esto no es Télam sí o Télam no. Pensarlo así es un reduccionismo propagandístico. Un sofisma. Así parafraseando aquella célebre de la comunicación política norteamericana que se inmortalizó a principios de los ’90, es “La libertad de expresión, estúpido”.
Pero, ¿por qué? ¿Por qué no me quiero prestar a un debate sobre la sociedad del Estado sino a algo mayor como es la dimensión institucional que tiene la libertad de expresión?
Según Maria Angelica Gelli (2008) en su comentario a la Constitución Nacional, considera que hay una íntima relación entre libertad de prensa y democracia. Nuestro articulo 14 , expresa claramente la relación entre libertad de expresión y de prensa, al prohibirse toda censura previa. Esto es indispensable puesto que la libertad de expresión está ligada a la autonomía de pensamiento y de conciencia, asumiendo ideas propias, compartirlas y utilizarlas en busca del desarrollo personal, familiar o social corresponde a una de las dimensiones subjetivas de la libertad.
Dentro del constitucionalismo, el derecho a la libre expresión es un derecho natural e inalienable de la persona e integra el conjunto de derechos de primera generación, es decir contemporáneos a las revoluciones liberales (s. XVIII-s.XIX).Así toda persona tiene la libertad de expresar lo que piensa, hasta dónde y con los límites que ello implique.
Nuestra constitución , dedica al derecho a la libre expresión varios artículos; el artículo 14, que afirma que todos los habitantes pueden publicar sus ideas sin censura previa; el artículo 32, en donde se especifica que el Congreso no dictará leyes que restrinjan la libertad de imprenta o establezcan sobre ella una jurisdicción federal
E incluso la Convención Americana de los Derechos Humanos, también la protege en su artículo 13, que no sólo prohíbe las restricciones a las libertades individuales sino que especialmente se refiere a la prohibición de la censura previa.
Télam es la agencia más grande de noticias de América Latina y cumple un rol fundamental para que la información circule a través de otros medios que no sean las redes. Como agencia de noticias, la información que nos proporciona es verdadera y además funciona como un “mayorista” de noticias y se encarga de implementar, controlar y facturar la distribución de la publicidad oficial del Gobierno nacional, aunque el gobierno actual ha decidido suspender la pauta oficial por un año.
La libertad de prensa y de expresión sólo puede garantizarse a través de una agencia de noticias, con base en todo el territorio nacional. Así, Télam cumple un rol crucial para que la información circule a través de otros medios que no sean sólo las redes. Como agencia de noticias, la información que nos proporciona es verdadera, y de calidad.
No vamos a caer en la trampa de hablar del “periodismo militante”, porque si con esa expresión denominamos a la información que llega con la firma del responsable de haberla escrito, pero que además vuelca su subjetividad en la denuncia y la aspiración de “hacer un mundo mejor”, bienvenido sea. Y ojo que hoy se observa mucho periodismo militante de color violeta “abrazando la libertad” .
Télam provee información con fuentes plurales y de índole polìtica, económica, cultural, internacional, regional. Con una impronta local que la distingue en el mercado de la información. Sin adjetivar, en épocas en donde lo que proliferan es la opinión y lo que falta es el dato ¿Qué tiene falencias? Sí, claro. Todas las instituciones las tienen. Incluso no hay organización en el mundo que no las tenga. El camino siempre debe ser, mirar hacia adelante y construir las mejoras, no destruir todo por un capricho absurdo.
Por estos días quedan más dudas que certezas respecto al anuncio del primer mandatario. “Tenemos que ver qué hacemos con Telam”, esbozó a decir al respecto el funcionario Adorni, que ya parece más un bufón de turno que un portavoz presidencial. Y los interrogantes siguen ahí, sin respuesta. Por ejemplo, ¿ley o DNU? ¿Qué pasará con los empleados? ¿Recibirán una indemnización? ¿Cómo se pagará la misma? En estos días apareció una propuesta legislativa para que la Agencia pase a la órbita del Poder Legislativo, un órgano colegiado , ¿ es la solución una ley cuando no se cumple la actual?
Su cierre significará menos periodismo, menos pluralismo, menos diversidad y menor calidad informativa en lo inmediato para todo el sistema informativo; también tendrá un impacto directo en las audiencias, porque se producirá desde ya un fuerte recorte a la libertad de expresión y un menor pluralismo, sin contar que muchos lugares del paìs siguen la actualidad desde Tèlam.
¿Qué mayor evidencia empírica -como le gusta señalar al presidente- del nivel de profesionalismo de la Agencia Télam que su cobertura sobre la Ley Ómnibus? Incluso este 1ro de marzo le informó a los argentinos sobre la decisión de su cierre sin que haya en ello ninguna carga adicional, sólo el dato en cuestión. Será que la libertad de expresión no es parte del glosario de libertades violetas o quizás les molesta que TELÀM no sea parte del engranaje de la militancia liberal y lo que piden es su rendición incondicional.