Por Marta Martinángelo.
Tener muchos años no siempre es una ventaja, los años pintan arrugas y canas, entre otras cosas. Cada lector con más de sesenta años puede incrementar esta lista …. pero también los años nos convierten en sabios testimoniales de hechos acaecidos en nuestro terruño.
El 16 de junio de 1955 una niña de 12 años (yo) mi mamá, mi hermanos (15) y algunos vecinos salimos a la puerta de calle al escuchar la radio. Vivíamos en Flores, en el límite con Floresta (Alberdi al 3100), en una casa antigua que fue convertida en departamentos gracias a un largo pasillo que, como una espina dorsal, mantenía la unidad pero guardaba la diferencia entre los diferentes viviendas.
Sociológicamente pertenecíamos a la clase media baja, sin embargo se advertían diferencias: los Muñoz eran los “negritos” hermosa gente la señora de Muñoz. Me enseñó a hacer churros y me prestaba en único teléfono que había. Del otro lado los Grasso aspirantes a clase media y en el medio nosotros con mi padre socialista, por ende no identificado con el peronismo.
¿Por qué necesito contar esto? ¿Qué tiene que ver con el bombardeo? A pesar de las diferencias todos salimos a la calle. Todos esperábamos a nuestros familiares, era mediodía, horario de trabajo. Nosotros aguardábamos a mi papá (no existan los celulares y sólo unos pocos contaban con teléfono) era cuestión de esperar y mi viejo trabajaba en la proveeduría bancaria ubicada a dos cuadras de la plaza.
Más tarde él nos relataría como vio caer las primeras bombas desde la terraza de su trabajo.
Recuerdo el terror y la angustia de que a mi papá le pasara algo y como corrí a abrazarlo cuando lo vi doblar la esquina. Un abrazo, un gran abrazo a mi padre que, con los años, nos reconoció a mi hermano y a mí (ambos peronistas) que Perón no fue tan malo lo que era malos eran los que lo rodeaban. Para un adherente al socialismo que se reconocía en Alfredo palacios y Cipriano Reyes pienso ahora que fue un gran cambio. Para nosotros, sus hijos, que habíamos conocido la práctica de los deportes, los juguetes que repartía Evita, el bienestar de una familia con su salario digno fue una confirmación de no estar equivocados.
Ese día murieron trabajadores, escolares que visitaban la Plaza y terminaba una etapa donde a pesar de sus diferentes ideas todos mis vecinos gozaron de bienestar.
Para pensar. El 16 de junio de 1955 fue el bautismo de fuego de la Aviación Naval contra su pueblo. La Fuerza Aérea en 1982 en la guerra de las Malvinas contra los ingleses y EEUU. y el Ejército la tuvo con las guerras de la Independencia contra ingleses y españoles.
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