Ernesto Aguilar Martínez tiene un doble papel social: es doctor en filosofía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y, en sus ratos libres, creador artístico. La filosofía es su profesión que inicialmente le llevó a entender las dudas más acuciantes de la humanidad (i.e., ¿qué es el ser humano, qué fin tenemos, qué es la realidad?, etcétera), una disciplina intelectual que le ha sugerido los temas que trata en su obra artística (a saber: la vida, la muerte, la trascendencia, la belleza). Debido a la iniciativa de su madre ha vivido con las artes desde su infancia, tomando cursos independientes de música y artes plásticas, y posteriormente adiestrándose de manera sólida en el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) de su país. Si bien su labor artística responde más a una necesidad y reacción personales que a un discurso previamente elaborado, en sus creaciones procura el uso de elementos intersubjetivos y simbólicos. En su obra plástica utiliza una paleta de colores reducidos (amarillo, rojo, blanco y negro), fascinado por uso de claroscuros y perspectivas sugerentes, así como por la imagen femenina. En su obra musical utiliza predominantemente una armonía moderna (si bien no desconoce la clásica ni la romántica), con elementos reducidos o mínimos y una construcción clásica para una mejor asimilación de las disonancias de su elección.
La muerte y la doncella
(óleo sobre madera, Derechos reservados en trámite)
Luz de luna
(óleo sobre madera, Derechos reservados en trámite).
Mar de distancia
(carboncillo, Derechos reservados en trámite)
Esto puede pasar solo en un país bananero como la Argentina.
Más si tiene vende patrias como el hijo de pura que iba a verañar a la estancia de Joe Lewis.
Y puso a los gendarmes a palear y matar por pedir tierras que les pertenecen.
No se olviden de Maldonado.
Hermosa su obra.