Por qué CEDIAL convoca a adultas y adultos mayores

“Porque todos, toditos, tenemos algo que decir a los demás, alguna cosa que merece ser por los demás celebrado o perdonado”, (Eduardo Galeano, 2007: 77).

La tarea que nos convoca es analizar la situación de las adultas y los adultos mayores en las sociedades democráticas. En este sentido, este emprendimiento es doblemente difícil ya que, por un lado, requiere una revisión de los valores con los que son tratadas las personas en el horizonte de la utilidad y la productividad del capital y, por el otro, el plano axiológico, es decir, el sentido del que es investido por una sociedad positivista que adquiere objetos y observa los fenómenos, ideas, normas y principios desde un ideal que exacerba la idolatría al valor de la producción y del éxito, al pragmatismo y, sobre todo, al individualismo. Una lógica y una ética pura del mercado se centra solo en el interés del cambio, y no en el valor de uso, por lo que no se busca la utilidad social o el crecimiento de una comunidad sino el intercambio en la mera búsqueda de ganancias. De este modo, el hombre concreto, real con necesidades y demandas insatisfechas no interesa en absoluto. Los requerimientos humanos no cuentan, puesto que son considerados desde una racionalidad de urgencia y solo hay espacio quienes cuentan con un alto poder adquisitivo y constituyen una potencial oferta de fuerza de trabajo. Esto implica que todo sujeto debe subordinarse a las exigencias de las relaciones mercantiles y en una lucha feroz en la que cada persona busca lograr un espacio de supervivencia.
Desde esta perspectiva, la ética de la solidaridad se restringe al cerrado círculo familiar y de amigos o en algún tipo de moralidad religiosa. En este sentido, el flagelo de la pandemia ha evidenciado y exacerbado la consideración mercantilista del uso de la salud y la incapacidad de alcanzar una distribución más justa de los beneficios de la ciencia y de los recursos. De ello dan cuenta los numerosos testimonios del creciente número de personas excluidas del consumo, de la política y de la vida. Por lo tanto, al eludir la justicia distributiva, la cooperación y el respeto por las diferencias, se boicotea toda razón a favor del valor de la experiencia vivida y se acepta como vida la supervivencia.
La sociedad contemporánea nos exige otro tipo de racionalidad, que no excluya la eficiencia, pero que esta se subordine a la necesidad de desarrollar relaciones humanas justas, equitativas y soberanas. Así, un antídoto al oportunismo de la insensibilidad por el otro es construir un relato desde lo cualitativo, que supere la construcción de un sentido común basado en la resignación y la desesperanza de los que quedan fuera del sistema productivo.
Las adultas y los adultos mayores de hoy representan una generación que ha sido artífice de momentos históricos, jóvenes motores de cambios de mentalidad que han protagonizado movimientos mundiales decisivos. Han encarnado distintas iniciativas a los efectos de superar los períodos de posguerra como formadora de ideologías para transformar al mundo en un espacio que puede promover la validez de lo ecológico, lo comunitario y los derechos humanos. Por todo esto, es hora de que esos jóvenes protagonistas que han dado tanto por el bien común construyan —construyamos— una identidad del valor de lo humano, con nuestros relatos para levantar lo cualitativo frente a la inercia de normalizar la exclusión, la vulnerabilidad y el pensamiento de la resignación. Es hora de trocar la resignación por la resignificación.
Las adultas y los adultos mayores tenemos una gran tarea frente al deber de reubicarnos y dejar de sentir que somos un obstáculo en el sistema para pasar a promover la necesidad de una participación consciente y organizada del desarrollo social del buen vivir.
Por todos estos motivos, esta convocatoria busca manifestar una mirada crítica para forjar un debate saludable en torno al lugar social que necesitamos ocupar. Y vamos por ello.

EL CEDIAL convoca a adultos mayores a participar para expresarse sobre el saber de la experiencia vívida y la inclusión social. Se puede elegir el modo de expresión, ya sea a través de la escritura ( no más de 500 palabras), o bien, otras formas de expresión artística. También se aceptan textos breves o enunciados. La convocatoria se extiende y permanecerá abierta hasta el 20 de julio EL BUEN SABER DEL VIVIR

La convocatoria permanecerá abierta hasta el 20 de julio.

EL BUEN SABER DEL VIVIR
Enviar mail a Fabian Callejas o Adriana Fernandez Vecchi a sv.cedial@gmail.com