Por Clelia Volonteri
Lo había imaginado como un tiranosaurio feroz. Porque si era tan peligroso tenía que ser enorme.
Ella estaba preparada. Cuchillo en mano. Día y noche, en todo momento.
Agotada, se quedó dormida a las cuatro de la madrugada. Un viento repentino abrió la ventana en la noche cálida.Y llegó el visitante tan temido.
—
___________________________________________________
Muy bueno!!!