Por Silvia Inés Gonzalo
Para sembrar es preciso arar, preparar la tierra, removerla.
Creo que la tierra de mi persona fue removida desde el momento en que descubrí la injusticia social, la pobreza, la falta de oportunidades que sufren miles de personas, pueblos, naciones. Cuando compartiendo con otros, fui teniendo conciencia de que los seres humanos somos iguales en dignidad y que nada justifica la dominación, la explotación, la acumulación de bienes en beneficio de unos pocos y detrimento de muchos.
Pertenezco a una generación que, guitarra en mano, cantaba las letras republicanas de la Guerra Civil Española, las canciones de Viglietti, Zitarrosa, Cafrune, Yupanqui.
Pertenezco a la generación a la que pertenecía la mayor parte de los desaparecidos.
Cuando veo las fotos que aparecen en los homenajes o en la bandera interminable de las Madres en las Marchas, pienso: éramos tan jóvenes, nos movían ideales nobles, convicciones que socavaban los cimientos del capitalismo.
Muchos de los míos abrazaron la lucha armada, otros la militancia en barrios y fábricas.
El régimen dominante, los ahogó en la tortura, los fusilamientos sin juicios, las desapariciones.
Entonces mi tierra arada sintió el miedo, la impotencia, el grito silencioso de la tristeza y la bronca, el exilio en la propia casa.
Más tarde, ya en democracia, la lucha valiente de las Madres y Abuelas, el testimonio de los sobrevivientes de los Centros Clandestinos de Detención, Tortura y Exterminio, sembraron en mi tierra pisoteada, la convicción de que es necesario y urgente hacer Memoria para dar a conocer la Verdad desconocida por muchos y construir la Justicia, porque un pueblo que olvida, no destapa la mentira y no exige justicia, corre el riesgo de repetir errores y aberraciones.
Estas semillas, las de mis compañeros de generación hecha sangre que taladra el suelo que pisamos y las de sus madres y familiares sigue fructificando en Hijos y Nietos y en muchos convencidos de que Nunca Más el Terrorismo de Estado.
Los brotes de esas semillas crecen como el junquillo que se abre camino en el asfalto. Resisten en medio de las embestidas del neoliberalismo salvaje, las fakenews, los lawfare y tanto cinismo dando vueltas a nuestro alrededor.
9 de marzo 2021