Por Daniel do Campo Spada.
(TV Mundus para CEDIAL)
Estas líneas fueron escritas apenas horas antes de que Mauricio Macri tuviera que dejar la Casa Rosada y vienen a nuestra mente imágenes con las que convivimos cuatro años. El 10 de diciembre de 2015 la democracia argentina quedó en suspenso. Las libertades civiles, ideológicas y de movimiento fueron restringidas en el marco de un régimen que nació al calor de las dictaduras de la década de 1970. Compuesto por niños bien de padres enriquecidos durante los gobiernos de facto eran la conducción del país. Nosotros, sus pobladores de siempre, nos convertimos de la noche a la mañana en peligrosos que encima no merecíamos lo que éramos. Los dueños del poder, que en otra época habían usado a militares ahora llegaban para hacerse cargo de lo que creían suyo. Al activar la memoria de este nefasto período notamos que no tuvimos tregua en cuanto a atropellos y retrocesos. Desde el primer día se hizo manifiesto que la portación de rostro y las discriminaciones raciales y de clase socioeconómica estaban sobre la mesa. La oligarquía actuó como un ejército de ocupación desde el primer momento. Las fuerzas de seguridad se adueñaron de la calle con toda la arbitrariedad que tuvieron durante la dictadura cívico-militar-religiosa de 1976-1983.
El primer hito en la persecución ideológica fue la detención arbitraria de la dirigente social y líder de la Organización Barrial Tupac Amaru, Milagro Sala. Su privación de derechos y a la vista de todos buscaba ser aleccionadora y desmovilizante. De ahí en adelante se sucedieron (artilugios mediante) las casi cincuenta detenciones políticas. El caso de Amado Boudou, preso por un “08” (formulario de transferencia de vehículos) es un eufemismo. En el caso de Sala fue avisar que los pueblos originarios no tenían más derechos (lo que el régimen ratificó con los asesinatos de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel) y en el del ex Vicepresidente fue pasarle factura por haber terminado con el robo de las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP).
No habíamos completado dos meses de gobierno y comenzó el ataque definitivo a la libertad de expresión. Al despido arbitrario de los colegas de los medios públicos por orden de Hernán Lombardi se agregó la destrucción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA) con un operativo desmedido de policías que tomaron por la fuerza la sede de la Administración Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA). Los medios corporativos, cómplices de la interrupción democrática tenían vía libre para seguir concentrando poder. Ya en el primer año (2016) había perdido el trabajo 3 mil periodistas y en los siguientes dos años cerraron más de 50 medios (fundamentalmente radios de baja potencia) a los que se les quitó el subsidio que la derogada ley 26.522 les otorgaba. La libertad de expresión se perdió ya que muchos también perdieron su lugar en medios privados.
Con la desocupación, que se triplicó (de 6,8 a 19 %) en solo cuatro años también cayó el consumo y el derrumbe económico. Cerca de 7.500 pymes y 22 mil comercios bajaron sus persianas. Todo el mercado interno se derrumbó a excepción de los segmentos más pudientes. Los sectores altos no interrumpieron sus adquisiciones. Por el contrario, al liberalizarse la adquisición de autos y champagne importados, llegaron a las marcas líderes a nivel global. El resto de los argentinos vio pauperizar su estilo de vida, donde se redujo no solo la cantidad de carne roja sino fundamentalmente de alimentos en general y leche en particular.
Pero ojo, a no engañarse. Se terminó Macri, pero no la derecha, que no tardará en crearnos un nuevo fantasma de colores que la ciudadanía vuelva a elegir aún en contra de sus intereses. De nosotros depende.
A reconstruir y no olvidar.
Fantásticos!!! En otra oportunidad los leo mas analíticamente Me corre el tiempo les doy el me gusta y pienso de que.!!! van!
Efectivamente volvió la democracia, el proyecto de gobierno para desarrollar otra vez las políticas de AFIANZAMIENTO de los DDHH de la ciudadanía nacional, el de nutrición, salud y trabajo, pero también volvieron más OSCURAS y CIPAYAS que en los 4 años de macrismo porque quieren ANULAR a cualquier precio la voluntad popular y la SOBERANÍA nacional. El NEOLIBERALISMO de EEUU, la UE y el SIONISMO no quieren a Lula en Brasil ni a Evo en Bolivia, el nuevo GENOCIDIO en Chile es un mensaje de EEUU al mundo de APOYO sanguinario y ANTI-DEMOCRÁTICO a Piñera, como un títere que debe permanecer en “DEMOCRACIA”, el falso poder y la REPRESIÓN a los PUEBLOS. Desde estos centros académicos hay que hacer MILITANCIA rápida de verdadera información, sí ayudan portales y medios que acompañan la LUCHA por la recuperación definitiva del poder del pueblo en las URNAS, pero hay que caminar MÁS, formar BRIGADAS de DESCOLONIZACIÓN de medios y redes cipayxs.