Por Juan Latrichano
Tengamos en cuenta que con la tasa elevada de interés que se viene aplicando en estos últimos años, la inversión productiva luce imposible. Ello es así porque a la hora de decidir una inversión, el empresario mira la posible tasa de rentabilidad que la misma le rendirá en el futuro y la compara contra la tasa de interés presente. Desde luego en un ambiente depresivo como el actual la tasa esperada de rentabilidad es baja. A ello le agregamos una tasa de interés elevada. Ergo la inversión es imposible.
Al mismo tiempo esta política pone en riesgo al Banco Central. En efecto, el enorme costo financiero de las Letras de Liquidez fue uno de los contribuyentes para que el patrimonio neto de esta institución sea negativo.
¿Cómo se sale de esta trampa?
En primer lugar con estabilidad cambiaria. No olvidemos que hasta aquí la tasa de interés alta apunta a que los ahorristas en pesos no cancelen sus depósitos pasándose al dólar.
La estabilidad cambiaria se alcanza exportando más y exigiendo el ingreso de las divisas. Luego se debe evitar la fuga de divisas mediante un control exhaustivo de la salida de dólares.
Desde luego un elemento central que ayuda a la estabilidad cambiaria es una inflación baja. Para ello es imperioso desdolarizar tarifas y combustible y alcanzar un acuerdo de precios y salarios a través del Consejo Económico y Social.
Urge cambiar todo antes de que sea demasiado tarde.