Por Juan Latrichano
Va siendo hora de que las fuerzas nacionales y populares pongan el mayor de los esfuerzos en crear una sólida cultura nacional. Los sectores medios y las fuerzas de seguridad quedan casi siempre, por no decir siempre, impregnados del pensamiento extranjerizante. Poco o nada se hace para contrarrestar este problema. Días pasados en una Maestría maestrandos cordobeses me decían que en su provincia, los alumnos estudian historia económica con el libro de Díaz Alejandro. Visión absolutamente liberal. Urge adoptar una política educativa integral que apunte a resolver este tema.En lo mediático prevalece casi en modo monopólico el pensamiento librecambista. Urge imponer el pensamiento alternativo.
En la formación de las fuerzas de seguridad no conozco que se está haciendo, pero sospecho que no va en la dirección deseada.
En la cultura se observa la virtual desaparición de nuestra música, nuestro cine y nuestro humor. Todo va en la dirección contraria.
Las Cámaras empresarias suelen defender intereses que a la postre van en su contra. Será necesario buscar un sistema que obligue a la participación amplia de pequeños empresarios.
Es asi que los sectores medios juegan habitualmente a favor del proyecto antinacional.
Debemos cambiar el rumbo. Caso contrario todo esfuerzo será en vano.
Sin duda la cuestión de la cultural nacional, es clave o mejor dicho desde lo concreto, la madre de todas las batallas por la liberación. la autodeterminación, la soberania nacional , el estado Nacional como ente legal y ético concreto, para el desarrollo y la sustentación del Ser Nacional y de todo esto la Nación en si misma (en nuestro caso la Nación Argentina). Solo a partir de estas premisas fundamentales cimentadas concretatemente podremos edificar una Estado y una Nación que como contenido albregue el Alma misma y como contenedor el espíritu soberano de un país, tanto sea el de Argentina (en nuestro Caso) como el de cualquier otro país. Esto es fundamental para todos los pueblos de la Tierra. En nuestro caso, además nos persigue recurrentemente la idea ya existente en el siglo pasado de la unidad regional en un contexto más amplio aún. Pero esto último nos llama a entender que todas las naciones latinoaméricanas debemos asumir entonces, que en la actualidad y desde al menos el siglo XX pasado, tenemos sin duda una problemática dramática ya, que aunque no nos demos cuenta aun a nivel general, nos une por el espanto (Borges). Asi a sido, asi sigue siendo. Si algo de bueno tiene la actual situación latinoamericana, es que pone de relieve que todos los paises que la componen, están ante un mismo problema. Dentro de la regiópn, solo varía en grados la comprensión del mismo. Dirían “los viejos” de antaño: “No hay mal, que por bien no venga”.
Urge divulgar, concientizar, dar a conocer la alternativa… No imponerla.
Invitar a construir la cultura nacional desemascarando los caballos de troya en esas manifestaciones antipatrioticas cotidianas. Sino nacen y pupulan las descalificaciones, las suspicacias y las resistencias caprichosas.
Sin duda es muy incoherente que en nuestras universidades (públicas y privadas) se enseñe en forma anacrónica y reforzando la seudoneutralidad de los textos académicos de derecha.
Necesitamos educación, no adoctrinamiento.