Por Daniel do Campo Spada.-
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Tomando datos hasta Junio de 2019, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) informó que la pobreza en la Argentina llega al 35,4 % al tiempo que la indigencia subió a 7,7 % de las personas. El de Mauricio Macri es el peor indicador de los últimos 25 años, superando incluso la crisis menemista. Cuando se actualice el siguiente trimestre todos los valores se derrumbarán a casi un 40 % de la población, peor medida histórica del país. La medida de un hogar indigente hasta el último día de junio de 2019 es de $ 12.246 pesos y el promedio según la encuesta permanente de hogares (EPH) llega a un promedio de $ 7.733 pesos mensuales lo que implica que apenas llegan al 60 % de lo mínimo alimentario. Lo engañoso de las estadísticas es no son porccentajes sino que estamos hablando de 20 millones de personas cuando se los junta con los catalogados como pobres.
Si hablamos de pobreza, en la fecha indicada del estudio la canasta básica era de $ 30.379 pesos mensuales, pero el promedio de ingresos estaba en $ 18.437 por cada mes. En esa circunstancia está el 25,4 % de los hogares. El promedio de personas habitando en hogares pobres es de 4,18 por unidad habitacional.
Según los datos dados por el INDEC, a finales de junio de 2019 los más afectados por la pobreza y la indigencia son los menores de edad. En ambos casos son el rango etáreo que mayor impacto sufre a raíz de las políticas económicas neoliberales del régimen macrista.
En el rango de los indigentes (hogares en los que se gana menos de $ 12.297) los niños de hasta 14 años llega al 36,9 %. Los siguientes más afectados son las personas de 30 a 64 años llegando al 31,8 %. Tampoco está mucho mejor el sector de 15 a 29 que lo sufre el 29,2 %. En este último caso responde a que son la franja laboral de baja calificación y probablemente en negro.
En el caso de los pobres (hogares que ingresan hasta casi $ 30.379 en regiones urbanas) los más afectados son los que están entre los 30-64 que reunen el 36,3 %. Continúan quienes tienen hasta 14 años con un 30,9 %. Los que se agrupan entre los 15 y los 29 llegan al 28,4 %.
El análisis fino de los datos preanuncia problemas para los próximos años porque los daños de falta de alimentación y de instrucción muchas veces no logra revertirse en el resto de la vida.