Por Daniel do Campo Spada
En 1997 el cuadro salarial del sistema educativo era el siguiente1:
-Ocho provincia debían entre dos y tres meses de sueldo.
-En cinco hacía diez meses que no les pagaban a los suplentes e interinos.
-Once provincias disminuyeron sus presupuestos educativos y los salarios docentes.
-La Provincia de Jujuy les pagaba con bonos provinciales que en los comercios eran tomados a un 70 % de su valor.
-La caída de haberes promedio era de una franja que iba entre el 6 y el 40%.
-El salario de un maestro de grado, jornada simple era de $ 240 equivalente a u$s 240.
CTERA sostenía que había que incrementar el presupuesto educativo anual en unos $ 300 millones para poder llevar el sueldo mínimo a casi $ 500 equivalente a la misma cantidad de dólares.
El 2 de Abril, en la Plaza de los dos Congresos frente al Parlamento Nacional en la Ciudad de Buenos Aires, la CTERA levantó un gacebo de importantes dimensiones (veinte metros de frente por seis de ancho)2. Desde 1995, cuando reemplazó a Mary Sánchez, la Secretaria General era Marta Maffei, de 57 años al momento de comenzar la carpa, quien a los 18 años comenzó a militar en la Unión Cívica Radical aunque el retorno a la democracia en 1983 la encontró en las filas del Partido Intransigente que conducía Oscar Allende donde muchos radicales de izquierda encontraron un espacio que era a la vez un puente hacia sectores populares que generalmente adherían al peronismo3.
Marta Delgado sostiene que la Carpa Blanca estuvo “dentro de las medidas de resistencia de CTERA frente a las transferencias en la que se sintetizaban varias problemáticas”4: a) la nacionalización de la protesta buscaba recuperar el aislamiento de los distritos, b) no ser funcionales al gobierno nacional en cuanto a su opinión sobre la educación pública como innecesaria, por lo que la protesta se hizo sin paro y c) buscar aparecer en los medios de comunicación.
Después de dos meses y tras haber reunido cien mil firmas5 fueron invitados a dialogar por el Ministerio de Educación por primera vez. Aunque la inflación era más que moderada el bajo arranque nominal hacía que seis años después el poder adquisitivo hubiera quedado bastante desmejorado. En ese primer encuentro entre las autoridades sindicales y la Ministra de Educación de la Nación Susana Decibe no hubo ningún acuerdo. Después de cuarenta minutos en los que la funcionaria recibió una carpeta con las demandas todo terminó sin fotógrafos a la vista. Decibe les manifestó que ella era una militante y que comprendía la lucha de los trabajadores. Socióloga, integrante de FLACSO (igual que gran parte de los economistas que asesoraban a CTERA), fugazmente integrante de Montoneros en la décadas del 70, secuestrada en la Escuela de Mecánica de la Armada (uno de los Centros Clandestinos de Detención que utilizó el gobierno de facto desde 1976) había sido asesora del gremio de la carne y eso le daba ciertos códigos comunes con los docentes en protesta aunque su ingreso en la función pública fue como integrante del gabinete de su predecesor en el cargo de Ministro, Jorge Alberto Rodríguez.
En el primer encuentro oficial CTERA proponía que se reuniera un fondo para financiar a la educación pública en base a: a) Reasignación de partidas del Tesoro Nacional, b) Bono que recaudara sus fondos a partir de un porcentaje de las operaciones financieras, c) Impuesto por única vez a las empresas que en sus balances de 1996 hubieran tenido ganancias superiores a los $ 300 mil, d) Eliminar las exenciones al impuesto a las ganancias, e) Crear un impuesto del 10 % a las ganancias de las empresas privatizadas, f) Gravar bienes suntuarios, g) Gravar ganancias de empresas que explotaran recursos no renovables y h) Aumentar el impuesto a las importaciones6.
Según datos de la Organización Internacional del Trabajo7, el estado del salario docente estaba muy deteriorado. En un cuadro comparativo elaborado por FLACSO se percibe que en la década previa, tomando el año 1980 con base =100, en 1990 estaba en =45 tomado en base a poder adquisitivo sobre canasta básica (vivienda, servicios, alimentos, transporte). En la misma década, Uruguay tenía un incremento =184, al igual que Chile =120 tomando la base en el mismo año que en el caso argentino8.
CTERA era acompañada por un equipo de economistas compuesto por Eduardo Basualdo, Daniel Azpiazu y Hugo Notcheff de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), Claudio Lozano de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), Eduardo Setti (peronista)9 y Alberto Sánchez (CTERA). En su propuesta no querían aumentar el IVA porque afectaba al 70 % de las familias que vivían con sueldos de $ 700. Por el contrario proponían impuestos patrimoniales a 1,5 millones de familias que se habían enriquecido en el período neoliberal en el que la pirámide social se concentró considerablemente10.
Tras la reunión con los sindicalistas, pocas horas después se reunieron la Ministra de Educación Decibe con el Jefe de Gabinete (y ex Ministro de la cartera educativa) Jorge Alberto Rodríguez y el responsable del Ministerio de Economía Roque Fernández. Mientras que Rodríguez provenía de la militancia universitaria de los 70, Fernández era el hombre fuerte del gobierno (sucesor de Domingo Cavallo e investigador del Centro de Estudios Macroeconómicos de la Argentina, CEMA) y el único del trío que no quería ceder a una negociación. Hipótesis que se manejaron en el entorno de la Casa Rosada indican que solo accedió ante la inminencia de la renovación parlamentaria (que sería de vital importancia para el último tramo de gestión) y en medio de un clima de protestas callejeras que empezaban a ser inocultables.
La resolución de ese grupo fue que la Ministra Decibe saliera inmediatamente a descargar la culpa hacia los gobernadores por no haber respetado el Pacto Federal Educativo firmado entre la Nación y las Provincias que indicaba que los salarios docentes debían ser aportados en un alto porcentaje por los estados provinciales y los municipales, mientras la Nación solo asumía el 6 % de la nomina salarial, por lo que este aporte era distinto en relación a cada distrito. De esta forma, si había un aumento de sueldos el mayor esfuerzo debía ser asumido por los gobernadores, principales interesados en sostenerlos quietos por sus propios problemas de ahogo fiscal. En aquel momento, el único gremio que no pudo participar de las reuniones del Pacto fue la propia CTERA, que al estar en medio de un paro fue dejada fuera de las mesas de negociación11.
“Cambios estructurales como la descentralización hacia niveles estaduales/provinciales y municipales en algunos países y las iniciativas de autonomía escolar en otros fueron el eje medular de las reformas en buena parte de los casos. La reforma en Argentina puso en manos de los gobernadores las decisiones sobre las escuelas. (…) Parece claro que en muchos países la descentralización no fue acompañada en forma sustentable de los recursos y la generación de capacidades políticas, administrativas y técnicas suficiente”. ( s/a. Sindicatos docentes y gobiernos: Conflictos y diálogos en torno a la reforma educativa en América Latina (1990-2003) – FLACSO – 2005. Pág. 48)
La respuesta de CTERA fue inmediata y agudizaba el conflicto. Las esperanzas tras la reunión a solas con Decibe se habían derrumbado tras la decisión de la “mesa chica” de Ministros. Los Secretarios Generales de la confederación se reunieron en forma inmediata y resolvieron extender a todas las capitales de provincia la instalación de Carpas Blancas frente a las casa de gobierno o congresos provinciales. El anuncio, hecho el 16 de mayo de 1997, tuvo un efecto mediático importante ya que tras un festival solidario en el que participaron entre otros los actores y cantantes China Zorrilla, Leonor Manso, Patricio Contreras, Virginia Lago, Valentina Bassi, Laura Novoa, Menchu Quesada, Inda Ledesma, Jorge Marziali, Víctor Heredia e Ignacio Copani, la Secretaria General Marta Maffei subió al escenario y antes de agradecer el apoyo en la protesta leyó el anuncio de la extensión en la cobertura geográfica del conflicto12. Ese día al discurso inicial de la “defensa de la actividad docente” se agregó el de la “defensa de la educación pública”. Por un lado abría el abanico de posibles adhesiones pero por el otro desviada la intención original de un reclamo sectorial.
No solamente el Gobierno había empezado a sentir la presión social que la Carpa Blanca generaba sino que en CTERA trabajaron también con el problema del desgaste. Desde un primer momento decenas de docentes se quedaban una semana durmiendo en el gacebo solamente con una dieta líquida que simbolizaba la pauperización de la tarea educativa y la condición de sus trabajadores:
“Uno de los riesgos que puede correr la Carpa es convertirse en parte del paisaje y que al reemplazar a los compañeros apareciera como una medida menos importante. Como para nosotros esta segunda etapa es tan importante como la primera había que jerarquizar el ayuno y eso tenía dos opciones: o poníamos más compañeros de la junta ejecutiva o entraba yo. En CTERA no somos de ´animémonos y vayan´”. (Marta Maffei en declaraciones al diario Página 1213)
Lo que iba a ser una manifestación de quince días se alargó por presión de las bases y al mes, con un crédito bancario la CTERA tuvo que comprar la estructura de la carpa porque era más económico. En la misma nota precedente Maffei era más que cautelosa en cuanto a la posibilidad de interrumpirlas ya que si no había un compromiso firmado por los Ministerios de Educación y Economía y los Jefes de las Cámaras parlamentarias corrían el riesgo de ser sacados de escena en un año electoral en el que el menemismo encaraba su última renovación legislativa.
La Carpa Blanca competía en el campo informativo (elemento esencial para influir en la opinión pública) con el envío de 200 gendarmes a Tartagal donde el creciente movimiento piquetero comenzaba a preocupar a la Casa Rosada a punto tal que Carlos Menem responsabilizó de los hechos a uno de sus principales aliados políticos, Carlos Romero, Gobernador de la Provincia de Salta14 (y con quien compartiría la fórmula presidencial en las elecciones de 2003). El contrapunto estaba generado en un atraso en los pagos a los empleados estatales provinciales, que al igual que los docentes tenían una importante pérdida de su poder adquisitivo. Dos días después el Presidente tuvo que levantar un acto partidario en Villa Gobernador Gálvez en la Provincia de Santa Fé, donde era esperado por un Intendente propio. La gran cantidad de piqueteros y unos doscientos estudiantes secundarios que lo esperaban con carteles de protesta obligó al Gobierno a suspender la visita “por mal tiempo” según un cable de Télam aunque la jornada estaba soleada15. Estar en los medios también podría haber implicado el riesgo de la mediatización en la que se produce la banalización de la información.
“La Carpa surge como necesidad de llevar a cabo una protesta que permitiera discutir el núcleo de la cuestión y no la forma. Cuando hacíamos paro, una movilización, una marcha, un corte de ruta, se terminaba discutiendo si los pibes perdían días de clase, si interrumpíamos o no el tránsito y no se discutía la cuestión que estábamos planteando”. (Interlocutor de SUTEBA-CTERA sin identificar citado por Marta Delgado16)
El 9 de mayo de 1997 no fue un día más. Convocados por el conductor televisivo Eduardo De la Puente (que conducía con Mario Pergolini el programa “Caiga quien caiga”) llegaron a la Carpa Blanca, con gran despliegue periodístico los actores Valentina Bassi, Emilia Mazer, Andrea Pietra, Fabián Vena y Damián De Santo entre otros colegas que componían sus elencos17. Estuvieron más de una hora en la que se pusieron guardapolvos blancos que les prestaron los mismos docentes y se colgaron del cuello un cartelito que decía “Hoy somos todos docentes”, mezclándose con los que tenían “Docente argentino ayunando”. El tema no era menor, según las apreciaciones de los propios dirigentes gremiales ya que los actores, sobre todo los de la televisión, habían estado siempre cercanos al Presidente Menem. En el campo comunicacional comenzaba a crecer la diferenciación conceptual de los “actores” (que ejecutan actuaciones) y los “mediáticos” (personas que venden su imagen construida generalmente en base a escándalos frente a las cámaras que incluso dominaban el resto de la televisión estatal conducida entre otros por Gerardo Sofovich y Mauro Viale18). Ese mismo día, debió ser internado (aunque sin consecuencias posteriores) por primera vez un docente que ayunaba desde hacía diez días. Eduardo Maccaluse19 se desvaneció y tuvo unas ligeras convulsiones que generaron temor entre los presentes.
La presencia de sectores no docentes, pero tampoco de “la cultura” (omitiendo la polémica que puede generar una clasificación taxonómica de tales características) hizo un quiebre cuando el 19 de mayo jugadores de fútbol de equipos de primera división jugaron un “picadito”20 con los docentes que estaban en la Carpa. Néstor Fabbri (Boca), Claudio García (Huracán), Roberto Pompei (Boca), Juan Pablo Sorín (River) y Juan Fleitas (San Lorenzo) enfrentaron a Francisco Nenna, Eduardo Maccaluse, Jorge Díaz, Gustavo Rolandi, Eduardo Pereyra y Ángel Panza todos de CTERA21. El árbitro fue Javier Castrilli y los programas televisivos de la tarde lo cubrieron como nota de color, pero visibilizando al mismo tiempo el conflicto que aún permanecía ausente para muchos. El resultado era una anécdota en un partido que relató Alejandro Fantino, relator en ese momento de la campaña de Boca Juniors en Radio Mitre. En una rápida reacción el Comité Ejecutivo de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) resolvió prohibir el ingreso a los estadios de banderas con alguna inscripción en favor a los docentes. Sin mayor suerte la Diputada Mary Sánchez (ex dirigente de los trabajadores de la educación) pidió una explicación judicial al respecto que jamás llegó22. El Secretario General de Futbolistas Argentinos Asociados (FAA), Jorge Domínguez se mostraba sorprendido por la prohibición de la casa rectora del fútbol de tener camisetas debajo de las de su equipo con inscripciones en favor de los docentes. Independiente de Avellaneda, había celebrado sus goles mostrando esas remeras en una práctica que comenzaba a ponerse de moda, aunque generalmente era con inscripciones dirijidas a familiares o amigos.
Al día siguiente, en una protesta paralela que se estaba haciendo por parte de los estudiantes en la Universidad Nacional de la Plata (UNLP) pidiendo mayor presupuesto educativo, por primera vez desde el retorno a la democracia en 1983 la policía (en este caso la Bonaerense) ingresó a una casa del altos estudios para desalojarla. Para muchos ese era un indicio de época en el cual la educación era un objeto al que se le restaba el grado habitual de sacralización social.
La crisis en Jujuy se agudizó de tal manera que la manifestación docente salía inmediatamente de la tapa de los diarios23. Esto se debatía permanentemente en la Carpa Blanca entre quienes hacían el ayuno buscando ser visibles. Violentos choques entre desempleados estatales y de los ingenios contra los pelotones de Gendarmería enviados por el Gobierno Nacional en las rutas daban un impacto visual que superaba los pacíficos festivales y partidos de fútbol generados por la CTERA. Los docentes no lograban ser el problema primordial en un momento de múltiples reclamos que se diluían unos a otros por la cantidad de los mismos24.
El estado de agitación tenía importantes dimensiones a punto tal que el 22 de mayo la Asociación de las Madres de Plaza de Mayo que conducía Hebe de Bonafini publicó la siguiente solicitada:
“La Asociación Madres de Plaza de Mayo vemos con dolor que los anuncios que venimos haciendo hace años sobre la actitud del Gobierno Nacional que, para imponer el plan de hambre y miseria iba a reprimir al pueblo, lo vemos en Cutral-Có, Salta, Mendoza, Córdoba, Jujuy y ahora en La Plata a los vendedores ambulantes, a los estudiantes y a todos los que en el país defienden sus derechos a la vida y el trabajo.
Las Madres vamos a hacer denuncias internacionales haciendo responsables a los gobiernos provinciales, al Gobierno Nacional, al Ministro del Interior por la vida y la salud de los heridos y presos por esta salvaje represión. BASTA DE REPRESIÓN. NI UN PASO ATRÁS”.
En el mencionado estado de agitación el Gobierno respondió con una dura solicitada en todos los diarios del país en la que esgrimía que los cortes de ruta:
“…significan claras transgresiones a normas que la misma comunidad se ha dado a través de sus leyes para asegurar el ejercicio de los derechos, con el orden indispensable que, en libertad, todos podemos y debemos ejercer. Uno de los argumentos de estos actos de violencia lo constituyen acciones tendientes al corte de vías de comunicación, esenciales para el adecuado desenvolvimiento económico. (…) Es bueno recordar que en el título 7, libro 11 del Código Penal, el que se su artículo 194 reprime con pena de prisión de tres meses a dos años a quien, aún sin crear una situación de peligro común, “impidiere, estorbare o entorpeciere el normal desenvolvimiento de los transportes por tierra, agua o aire a los servicios públicos de comunicación…”25
El hecho puntual era la reafirmación de un estilo de conducción del menemismo que en su comienzo no dudó en reprimir protestas de empleados estatales o privados, amenazar con cerrar ramales de ferrocarriles que hicieran paro, dejar en un limbo judicial a quienes no aceptaran la jubilación anticipada en forma compulsiva y otros gestos que los medios del establishment celebraban como “firmeza” en la conducción. Los éxitos electorales durante la década le permitían además tener iniciativa política.
“No es difícil comprender por qué la carpa docente, instalada el dos de abril frente al Congreso, inquieta tanto al Gobierno. Molesta menos el reclamo de más financiamiento educativo y el ayuno que la impresionante demostración de solidaridad que los maestros reciben cotidianamente y que a su vez amplifica la protesta, en los diarios, las radios y la televisión. Y a más difusión, renovadas solidaridades. Y vuelta a empezar. Habría que exprimir la memoria para buscar un conflicto con tanto acompañamiento social, de caras famosas, personajes ilustres, que acceden a la foto con el guardapolvo blanco de los maestros. En 58 días de campamento, un simple racconto impacta”. (Rodríguez, Santiago. Página 12. Mayo 199726)
Cuando se firmó el Pacto Federal Educativo la CTERA había quedado afuera de la mesa por estar en protesta (como ya dijimos unos párrafos antes) por lo que aceptar recibir a una comisión gremial aún con la Carpa Blanca en pleno centro frente al Congreso Nacional era un gesto novedoso, mas allá de que no hubo ningún resultado concreto. El Gobierno había mostrado mano dura en todos los conflictos gremiales (cabe recordar el de cada empresa estatal privatizada) y nunca negociaba con una medida de fuerza activa. Con paro, piquete o manifestación no hablaba. Este caso era el primero en que la Casa Rosada quebraba esa política.
El 25 de mayo del primer año, la Carpa Blanca comenzó a convertirse en el espacio de “resistencia al neoliberalismo” mutando una vez más lo que había comenzado de otra forma. El Padre católico Luis Farinello, quien estuvo acompañado por ministros de otras religiones en una visita ecuménica dijo que desde allí se iba a resistir al “gris del neoliberalismo, este materialismo, la búsqueda del lucro, el individualismo”27.
La periodista Nora Veiras de Página 12 cuenta que en la alcancía en la que las personas ayudaban voluntariamente para el mantenimiento de la Carpa, el 26 de mayo, el mismo día en que la visita mas llamativa la hicieron los bailarines Eleonora Cassano y Julio Boca encontraron un sobre con 50 billetes de $ 100, el equivalente a u$s 5.000 de la época en un sobre con el nombre de Marta Maffei. Por el tipo caligráfico se imaginaron a personas mayores en cuanto a la edad. El locutor Fernando Bravo y el periodista Alfredo Leuco, que ese día hicieron su programa desde la vereda lindante dijeron haber visto a un matrimonio de ancianos que sobre en mano preguntaban sin mayor suerte por la Secretaria General de CTERA.
La presencia de un piano el 27 de mayo hacía imaginar que alguien importante estaba por llegar. El cantautor Fito Páez se colocó la remera con la leyenda “Hoy todos somos docentes”28, tras lo cual empezó a interpretar temas clásicos que los mismos docentes de la Carpa le pedían. Terminó hablando de política con una advertencia en cuanto a que había que hablar con el pueblo que votaba a Menem y con el propio Presidente por eran los que bancaban el proyecto, ya que los que concurrían allí pensaban seguramente de otra forma.
Los estudiantes del nivel medio organizados por la Federación Universitaria Argentina (FUA) pidieron mayor presupuesto para todos los niveles educativos. Marcharon desde el Congreso, a metros de la Carpa hasta la Plaza de Mayo y a los pocos metros se les incorporó una columna de los docentes universitarios enrolados en la Federación Nacional de Docentes Universitarios (CONADU). Si bien hubo gestos de solidaridad a nivel personal en la plaza con abrazos y exclamaciones de apoyo, no tuvo la misma correspondencia entre las dirigencias divididas por sus distintos apoyos a los partidos políticos con intenciones alternativas de cara al 99 (elecciones presidenciales) y no tanto a los comicios del 97 (parlamentarias).
1Veiras, Nora. “Guía práctica para aumentas los sueldos docentes según la CTERA”. Buenos Aires. Página 12. 14 de Mayo de 1997. Pág 14
2s/a. “Una carpa con historia”. Clarín. 30 de diciembre de 1999. Pág 3
3 Gindin, Julián. Sindicalismo docente en México, Brasil y Argentina. Una hipótesis explicativa de su estructuración diferenciada. México DF. Revista Mexicana de Investigación Educativa. Abril 2008, Volumen 13, N° 37. Pág. 369
4 Delgado, Marta. El sindicalismo docente frente a la aplicación de las políticas neoliberales en educación: el caso de Ctera y las transferencias de servicios educativos a las jurisdicciones provinciales. Buenos Aires. FLACSO. 2002. Pág. 202
5 La forma de reunirlas fue en mesas dispuestas en la puerta de los colegios (donde se siguió dictando clases durante casi todo el conflicto), en los recitales de música popular o joven, en las puertas de los estadios de fútbol, etc. En el petitorio le reclamaban al Gobierno Nacional de Carlos Menem un financiamiento educativo que permitiera reconstituir el salario docente congelado desde la ley convertibilidad en 1991.
6s/a. “La propuesta”. Buenos Aires. Página 12. 14 de mayo de 1997. Pág. 14
7 Citado en s/a. Sindicatos docentes y gobiernos: Conflictos y diálogos en torno a la reforma educativa en América Latina (1990-2003). Proyecto Sindicalismo docente y reforma educativa en América Latina. FLACSO – 2003. Pág. 44
8 Tiramonti, Guillermina. Sindicalismo docente y Reforma Educativa en la América Latina de los ´90. Programa de Promoción de la Reforma Educativa en América Latina y el Caribe. Santiago de Chile. Ve.A.Ce.. 1990. Pág. 12
9A poco de avanzar la Carpa Blanca, Setti, que no era menemista empezó a sentirse en soledad y terminó siendo un consultor del duhaldismo que comenzaba a presentarse como la alternativa presidencial.
10Veiras, Nora. “Guía práctica para aumentas los sueldos docentes según la CTERA”. Buenos Aires. Página 12. 14 de Mayo de 1997. Pág 14
11s/a. “Que los maestros vayan a llorar a las provincias”. Buenos Aires. Página 12. 15 de mayo de 1997. Pág. 12
12s/a. “Ayuno”. Buenos Aires. Página 12. 17 de mayo de 1997. Pág. 10
13Veiras, Nora. “Marta Maffei: Nuestro ayuno tiene gran consciencia social”. Buenos Aires. Página 12. 8 de mayo de 1997. Pág. 8
14Bruschtein, Luis. “Juntando palos”. Buenos Aires. Página 12. 7 de mayo de 1997. Págs 2-3
15s/a. “Batalla en Rosario”. Buenos Aires. Página 12. 10 de mayo de 1997. Pág. 7
16 Delgado, Marta. El sindicalismo docente frente a la aplicación de las políticas neoliberales en educación: el caso de Ctera y las transferencias de servicios educativos a las jurisdicciones provinciales. Buenos Aires. FLACSO. 2002. Pág. 202-203
17Veiras, Nora. “A Menem que lo mira por TV”. Buenos Aires. Página 12. 10 de mayo de 1997. Pág. 13
18Sofovich y Viale son nombres artísticos que respetamos en su difusión por haber sido elegido por sus portadores.
19Eduardo Maccaluse fue Diputado Nacional. En 1999 renunció al sindicalismo para ser candidato de la Alianza que impulsaba a Fernando De la Rúa como Presidente. En el 2001 pasó al ARI de Elisa Carrió. En los últimos años formó un monobloque en el que apoyaba críticamente a los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández respectivamente. Cuando terminó su período parlamentario en 2011 recuperó su espacio en la docencia como profesor de dos secundarios. Uno estatal y otro privado.
20Vulgata del habla popular que indica partido de fútbol informal con reglas poco claras y de carácter amistoso.
21Veiras, Nora. “Goles son amores”. Buenos Aires. Página 12. 20 de mayo de 1997. Pág. 11.
22Alfieri, Guillermo. “Peligro de gol”. Buenos Aires. Página 12. 31 de mayo de 1997. Pág. 15
23Al mismo tiempo que los nacientes movimientos sociales empezaban a mostrarse visitaba el país una comisión del Banco Mundial invitada por la Asociación de Bancos ADEBA y encabezados por el experto en el caso Argentina, Rudiger Dornbusch quien en diciembre de 2001 fue candidateado por los acreedores externos para ser el Ministro de Economía y guardián de los fondos públicos.
24 s/a. Sindicatos docentes y gobiernos: Conflictos y diálogos en torno a la reforma educativa en América Latina (1990-2003). Proyecto Sindicalismo docente y reforma educativa en América Latina. FLACSO – 2003
25“Los Cortes de Rutas. La libertad de cada uno y el derecho de los demás”. Presidencia de la Nación. Solicitada publicada en todos los diarios el 22 de mayo de 1997.
26 Rodríguez, Santiago. “Al Maestro con cariño” . Buenos Aires. Página 12. 31 de mayo de 1997. Pág. 14
27s/a. “Solidaridad ecuménica”. Buenos Aires. Página 12. 26 de mayo de 1997. Pág. 17
28La frase es originaria del editorial de El Cronista Comercial que al día siguiente del atentado a la AMIA tituló “Hoy somos todos judíos”.