Por Daniel do Campo Spada
(TV Mundus y CEDIAL)
El Presidente de Ecuador, Lenin Moreno, permitió que los policías ingleses ingresaran a la Embajada de su país en Londres para secuestrar con una acusación armada, a un ciudadano ecuatoriano refugiado en una delegación diplomática propia. Las escenas son vergonzosas y muestran lo pusilánime que es el mandatario que ha traicionado a la revolución ciudadana que iniciara Rafael Correa. Julián Assange, símbolo de la libertad de informar ha caído en manos del imperio y buscan que la suerte del creador de WikiLeaks sea aleccionadora para todos los que se atrevan a desafiar la orden de esconder a la población mundial las entrañas miserables del poder. Assange rompió los paradigmas de lo que se puede decir o no. Develó las atrocidades que los Estados (y fundamentalmente Estados Unidos) cometen con naciones más débiles. Una rápida enumeración nos lleva a ver que gracias a WikiLeaks nos enteramos de la cárcel de Guantánamo (donde están detenidas personas de las que se desconocen sus identidades y a las que se somete a las peores técnicas de lavado cerebral), los intersticios de la invasión yanqui a Afganistán e Irak (donde millones de personas han visto sacrificado su estilo de vida y perdido a sus familiares, pero que fundamentalmente develó como desde un helicóptero mataban indiscriminadamente), los cables secretos de las Embajadas estadounidenses a lo largo del mundo (donde incluso los argentinos nos enteramos de los estrechos vínculos con Washington) y el espionaje digital permanente a todos los ciudadanos del mundo entre otras. Muchas corporaciones que dañan el medio ambiente o que usan los paraísos financieros son los principales focos de las informaciones de WikiLeaks.
La organización digital ha publicado más documentos secretos que el New York Times o el Washington Post en toda su historia y sus editores ganaron una innumerable cantidad de premios que reconocen una labor que pocas veces se ha registrado en el mundo. Entre ellos el Premio The Economist New Media (2008), Premio Amnistía de Nuevos Medios (2009), Persona del año de la revista TIME, Premio Sam Adams a la Integridad (2010), Unión Nacional de Periodistas Periodista del Año (Hrafnsson) (2011), Medalla de oro de la Fundación por la paz de Sydney (2011), Premio Martha Gellhorn de Periodismo (2011), Premio Blanquerna al mejor comunicador (2011), Premio Walkley a la contribución más destacada al periodismo (2011), Premio Voltaire a la libertad de expresión (2011), Premio Internacional de Periodismo Piero Passetti de la Unión Nacional de Periodistas Italianos (2011), Premio a la Libertad de Prensa José Couso (2011), The Privacy International Hero of Privacy (2012), Premio Elección Global de los Derechos Humanos de los Derechos Humanos (2013), Yoko Ono Lennon Courage Award para las Artes (2013), Premio de los Derechos Humanos de la Asociación Brasileña de Prensa (2013), Premio de la Unión de Periodistas de Kazakstán (2014) a lo que debemos agregar las nominaciones al Premio Mandela de la ONU (2015) y al Premio Nobel de la Paz (en las ediciones 2010-2015).
En su sitio web especifica que “WikiLeaks cuenta con más de cien empleados en América, África, Eurasia y Asia Pacífico” y en su equipo jurídico está el prestigioso abogado español (nacionalizado argentino) Baltazar Garzón y a Michael Ratner (Presidente emérito del Centro de Derechos Constitucionales).
Estados Unidos ahora controla Ecuador por medio de su Presidente Lenin Moreno. El falso mandatario sudamericano, obedeciendo órdenes de Donald Trump, al que se va sometiendo día a día, dejó a un ciudadano ecuatoriano (Assange es australiano pero se nacionalizó tras cuatro años de refugiado como cualquier otra persona) en manos del imperio. Con la excusa de la causa en la que dos agentes femeninas (una trabaja para la CIA y la otra para la organización terrorista judía Mossad) dicen haber tenido relaciones sexuales consentidas pero sin preservativos, será extraditado a Suecia, desde donde sería extraditado al territorio estadounidense. Allí, en palabras del mandatario de ese país le espera la pena de muerte por develar secretos. Si ello ocurre, la libertad de expresión a nivel mundial, tendrá una herida mortal muy difícil de revertir.
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