Por Juan Latrichano
En nuestro país las tarifas y el combustible están dolarizados. Ello significa que ante subas del precio del dólar los precios de estos bienes aumentan en proporción a la devaluación. El argumento que suele utilizarse para justificar esto es el de igualar nuestros precios con los internacionales. Esta política a su vez trae consigo algunos problemas. En efecto un ajuste cambiario impacta en los precios toda vez que al subir la energía y el combustible dicha suba impacta en la mayoría de los bienes y servicios. Al respecto debemos señalar que las empresas energéticas y las productoras de combustible tienen la mayor parte de sus costos en pesos, entre ellos el salarial que crece incluso muy por debajo de la inflación.
En anteriores informes he venido señalando que el Gobierno estaba aumentando el gasto en concepto de subsidios. Ello porque estuvo absorviendo la dolarización que hasta aquí había decidido que no impacte en la gente. Desde luego también dije que la meta fiscal se estaba incumpliendo. Frente a esto se decidió aplicar las subas en etapas a partir del próximo año.
¿Qué impacto tendrá esta medida?
Indudablemente subirán los precios por arriba de la pauta fijada, a pesar del ferreo control monetario. Precios en alza sin emisión augura una recesión aún mas fuerte. La matemática es inexorable.
¿Y la competitividad?
Se complica cada vez mas. El dólar relativamente quieto con precios en alza hizo que en este último trimestre el tipo de cambio multilateral real descienda casi un 20%.
Luchemos para que se imponga este nuevo mandamiento. ¡¡¡No dolarizaras!!!!
30/12/18