La artista plástica autodidacta argentina Natu Dumrauf hace honor al refrán popular: “nadie es profeta en su tierra”. Porque un día de 2014, valijas en mano, dejó Mar del Plata y, junto a su hija Macarena y a su esposo Sebastián Martínez, decidió buscar su futuro en Europa.
Por sugerencias de amigos, recalaron en Palma, capital de la isla española de Mallorca, en donde hizo distintos trabajos, hasta que descubrió la pintura. Sin ninguna formación, investigó y experimentó diversas técnicas, pinturas, pinceles, espátulas y cubetas.
Con el paso del tiempo se dio cuenta que la atrapaban dos técnicas: el impresionismo y el cubismo. A partir de allí, la oriunda de Olavarría viene gestando piezas pictóricas caracterizadas por una inmensa explosión artística. Natu Dumrauf emplea una mezcla de colores y figuras geométricas, inspirándose en la inocencia de niños y niñas, que la motivan a continuar aprendiendo y desarrollando las capacidades creativas.
@natudumrauf, que posee más de 18.200 seguidores genuinos en Instagram, no duda en admitir: “comprendí que el arte fue y es como aprender un nuevo idioma, un nuevo lenguaje y este es el mío”.
Aunque su estilo posee mucho del vitralismo, se mueve entre la expresión de su propia composición de color y los temas de obras conocidas con pinceladas a lo larga de las épocas. A tal punto que, eligió tatuarse en su brazo imágenes de ilustres referentes del arte, como Pablo Picasso, Salvador Dalí, Frida Kahlo.
A lo largo de 10 años, Natu Dumrauf ha participado en más de 25 exposiciones dentro y fuera de España. Asimismo, ha recibido reconocimientos de organismos internacionales como, por ejemplo, la Federación de Asociaciones Iberoamericanas y la Asociación Cultural Ecuatoriana Iberoamericana.