Por Adriana Fernandez Vecchi
Parece ser que no le basta al narco liberalismo desterrarse de los propios orígenes históricos. Es un destierro para fugarse y ratificar la presencia de un lado distópico de la omnipotencia. En otras palabras, es un descorrerse del horizonte de la posibilidad de nuestra propia identidad. Es una postura que se centra en considerar al otro diferente como una amenaza a la libertad porque se entiende la libertad como una acción disruptiva contra el otro. Ciertamente el señorío de dominio no tiene límites porque es una trágica ilusión de poder de ser una revelación de la nada. Instalar la posibilidad de un nihilismo histórico, una interpretación de un sentido sin sentido
La verdad es una cuestión en una situación determinada orientada a señalar y aplicar instrumentos tantos conceptuales como materiales convenientes para ponderarla, su significación ocupa una relación con un sentido histórico de soberanía. La verdad no es destrucción o aniquilación.
Tal vez el caso dramático del efecto de esta distopía es que el objetivo es una utopía civilizadora a través de un proceso de colonización. Por esto, la gravísima circunstancia de la cuestión de los Derechos Humanos no parece conmover seriamente los valores humanitarios de un sector libertario que no está integrado a la historia después de tantos años. Sin embargo hubo mucha lucha por la comprensión de la memoria, verdad y justicia
Probablemente estemos frente a sectores que intentan crear un imaginario sin signos y que representa un síntoma de un espíritu que trata de constituir un país en donde se pierde la conciencia histórica de la reparación de la falta de ánimo y de la ilusión y la concreta fuerza de la esperanza de equidad y respeto.
Pero el diagnóstico del presente pretende un punto de inflexión en donde los hechos de la vida creen la posibilidad de dar la existencia a nuestros deseos afectos pensamientos y acciones y lo visualicemos en una dirección significativa de un esfuerzo humano para lograr un futuro que nos permita una mirada prospectiva.
Habría que hacer frente o romper la lógica de la simulación por una conciencia de acontecimiento una conciencia real aquella que puede expresarse sin conflictos no hay historia sin conciencia histórica
Un ciudadano que sabe y que coincide el bien común con su bien particular. El corrimiento de la distopía por un espacio de soberanía mental e histórica.