CEDIAL – Psicología | De la constitución del lazo.

freud_lacanPor Lic. Ana Mele.
Lacan nombra al Psicoanálisis como un discurso, porque en su operar, produce un nuevo lazo social que antes no existía. El psicoanálisis es un hacer con palabras. Su discurso pone en función el no saber. Es el único discurso que opera en relación a la cosa como ausente. Se opera con fallidos y con equívocos. Tenemos enunciados, allí donde los accidentes de la palabra y la cosa, producen un lenguaje propio del engaño; y enunciaciones, donde el referente, no es la cosa, sino una palabra para otra palabra. Hay psicoanálisis cuando ha entrado la no coincidencia.
Para Lacan, la verdad es un enigma, es un saber no sabido.
¿De qué se trata el enigma?, de un modo de escritura del nudo, de qué manera escribimos el nudo.
“… me interesa la escritura porque pienso que históricamente se ha entrado en lo real por fragmentos de escritura, a saber, se cesó de imaginar. . .”.
Una escritura es un hacer que da sostén al pensamiento. (Sem 23)
Volvamos al discurso, en tanto que lazo. Discurso es un modo de funcionamiento de lo público, es con lo colectivo. Un más allá de la sujeción a la cadena significante. Se trata de lo libre en términos de un trayecto con intervalos, como un modo de hacer espacio. Sin espacio es el campo del horror. Pensemos reunión, como consentimiento para compartir un espacio en lo político, en la polis.
Sostener la paradoja de lo separado junto, con las propias marcas. La caída de las identificaciones posibilita la reunión con las propias marcas.
El sujeto va al encuentro del objeto del deseo del otro, en su afán de ser reconocido por el Otro, en la concepción hegeliana. El deseo es el objeto del deseo del otro, y el deseo es siempre deseo de otra cosa.
El deseo constituye movimiento, por lo tanto, es el S quien se dirige al objeto del deseo. Hay, entonces, una responsabilidad que le incumbe.
El Sujeto tiene que vérselas con la falla y el deseo, con el suyo y el del Otro. No hay garantía. El Otro solo puede ser Otro tachado. Soportar lo insoportable de que no hay Otro del otro.
Esto genera malestar, impotencia. La impotencia es la presentación de un malestar cada vez que se quiere desconocer un imposible.
Queda planteado que la producción del lazo no va de suyo. No se trata de una adecuación ni de un adiestramiento. En cuanto de coloca un enfrente se rompe el lazo, se ubica un solo lugar para ser ocupado por dos, y la lucha es a muerte.
Se trata de hacer un tratamiento del malestar, de cómo atravesar el odio al otro, habrá lo comunitario si hay atravesamiento de este odio al otro.
Y que pensar, cuando el objeto que causa el deseo, tiene un goce en la segregación, si el fantasma es de exclusión. Queda también abierto el tema de la impunidad y lo canalla. Lo perverso. Donde se transforma la perdida en ganancia radical.
Existen dos límites humanos: la locura y la muerte. Pero para el perverso la muerte no es tope.
En la historia del psicoanálisis se dieron fuertes polémicas en torno a lo político y lo social, y se produjeron grandes divergencias y rupturas.
El retorno a Freud, en sus trabajos más sociológicos, como “El porvenir de una ilusión, “, “El malestar en la cultura”, nos posibilitan el encuentro con una lectura, una mirada otra respecto de las fantasías, los ideales y las representaciones sociales, y la ilusión.
Llama ilusión a la creencia motivada por el cumplimiento del deseo. La ilusión se contradice con la realidad efectiva, y no por ello es falsa, pero renuncia a sus testimonios.
Y dice de los ideales, “valoraciones que indican cuales son los logros supremos “.
Estamos advertidos, y sin embargo, la pulsión insiste,
El discurso del Psicoanálisis, permite que algo cambie, algo surja, que algo emerja de los intersticios, de la interrupción, del intervalo.
El psicoanálisis funda realidad. Dicha realidad no tiene ninguna existencia previa. Se funda y se disuelve para dar lugar a una nueva fundación, a un nuevo fundamento.
Lo alter, lo hetera, lo otro, funda escena. La exterioridad posibilita el acontecimiento.
Algo acontece que a cada uno le incumbe: el error y la verdad.
Transmisión de saber, verdad, corte y pasaje, condiciones para la constitución de un nuevo lazo, de lo contrario solo queda la soledad narcisista o la expulsión.
Situar texto y contexto. Dice Oscar Masotta, que en un texto, nada es aleatorio, y que las ideas no carecen de cuerpo, tal vez las ideas no sean ni concretas ni abstractas, pero el significante es material.
Volver a pensar contingencias, lo necesario, lo posible, lo imposible, lo real .El sitio topológico del sujeto como intersticio. Molestar lo univoco como ideal. Hacer uso de la entrada de exterioridad.
El discurso del psicoanálisis es siempre una propuesta renovada para un nuevo destino.
Bibliografía:
-Lacan. Sem 23. El Sinthome.
-Lacan. Sema 5. Las formaciones del Inconsciente.
-Freud. El Porvenir de una ilusión, Tomo 21
-Freud. El malestar en la cultura, Tomo 21.
-Freud. Presentación autobiográfica, Tomo 20.
-Masotta. Introducción a la lectura de Jacques Lacan
-Abeles, Adriana. Seminarios.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *