Por Daniel do Campo Spada
(De TV Mundus | ECO Informativo | para CEDIAL)
A un mes de la desaparición forzada de Santiago Maldonado a manos de la Gendarmería, el Gobierno del Presidente Mauricio Macri ha confirmado que la República Argentina ya es otro país. Muy lejos ha quedado aquella Nación que fue capaz de revisar su horror y llevar a los banquillos de los acusados y condenar a los responsables de la desaparición, asesinato y robo de personas durante la dictadura empresario-militar de 1976 a 1983. No había cobertura periodística internacional en el que no se hablara del ejemplo argentino. Hasta los principales juristas internacionales en Derechos Humanos querían ser argentinos (como fue el caso del ex Juez español Baltazar Garzón). Además del caso que nos ocupa en esta nota tenemos que recordar la prisión política de Milagro Sala y un grupo de sus compañeros de la Organización Barrial Tupac Amaru.
Los hechos.
El 1 de agosto, un grupo de mapuches cortaba la ruta 40 en protesta por la detención ilegal del Ionco Jones Huala la Gendarmería Nacional que conduce el Presidente Mauricio Macri se desplazó hacia las inmediaciones de la Comunidad Pu Lof Cushamen con la supervisión de Pablo Noceti, Jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad de la Nación que conduce Patricia Bullrich.
En declaraciones al Canal 4 de Esquel que reprodujo el diario porteño Página/12 en su edición del 26 de agosto de 2017, el Comandante Mayor Diego Balari sostuvo que los gendarmes actuaron en expreso cumplimiento de las órdenes del Ministerio. Sin orden judicial alguna los uniformados arremetieron a tiro limpio contra los manifestantes que cortaban la ruta.
Cuando estos se replegaron detrás de la tranquera tras la que había unas pocas y pequeñísimas casas de madera y chapa que más que viviendas apenas eran refugios construidos para poder soportar las inclemencias del sur, la fuerza de seguridad militarizada ingresó violentamente, quemando y destruyendo todo a su paso. Cerca de 200 efectivos armados hasta los dientes corriendo a una decena de personas desarmadas, solo podía tener el final que tuvo.
Cuando avanzaron los gendarmes capturaron al artista plástico y artesano Santiago Maldonado, natural del pueblo bonaerense 25 de Mayo que se encontraba en el lugar solidarizándose por los reclamos contra la detención ilegal del Ionco Huala. Imágenes difundidas por la familia de la víctima demostraron que minutos antes de la represión estaba en el corte de la ruta, dejando en falso las declaraciones de la Ministra de Seguridad de la Nación Patricia Bullrich y el Jefe de Gabinete macrista Marcos Peña que sostienen que no se sabe si estaba allí.
Según los mapuches Maldonado no se atrevió a cruzar un riacho que atravesaba el terreno y allí cayó en manos de los gendarmes que lo golpearon. En medio de la confusión ingresaron hasta ese lugar con una camioneta blanca de la Gendarmería que habitualmente está en la zona. El personal armado hizo un cordón y a través de él pudieron ver cómo lo cargaban en estado grave o eventualmente muerto.
En ese mismo momento comenzó una campaña de ocultamiento de su paradero. Enterado de lo ocurrido, un testigo protegido (que el gobierno dio a conocer violando la ley) de nombre Ariel Garzi (que ahora por temor pide ser nombrado) quien era el amigo personal que Maldonado había ido a ver a la comunidad llamó al celular de este y solo recibió como respuesta un silencio del otro lado en un ambiente aparentemente grande en el que se oían pasos. La comunicación duró 22 segundos y todavía no fue investigada para determinar el lugar geográfico de la recepción. Incluso el juez Guido Otranto no mandó investigar los celulares del personal que intervino. Claramente la campana de silencio se traslada a la justicia.
Benetton, Macri y la represión.
A pocos kilómetros del lugar de la desaparición se encuentra la Estancia Leleque perteneciente al mayor terrateniente de la Argentina, el empresario textil italiano Luciano Benetton. Ese casco ocupa 90.000 hectáreas de las 900.000 que tiene en la Patagonia. El semanario Tiempo Argentino mostró que allí se encuentra una base escondida de la Gendarmería Nacional que solo busca proteger los intereses de la empresa extranjera. (“El semanario Tiempo reveló que Gendarmería tiene una base clandestina en los territorios de Benetton”. http://noticias.tvmundus.com.ar/2017/08/30/desaparecido-regimen-el-semanario-tiempo-revelo-que-gendarmeria-tiene-una-base-clandestina-en-los-territorios-de-benetton/).
El 1 de agosto se encontraba allí Pablo Noceti, alto funcionario del Ministerio de Seguridad. Fue a supervisar la represión. Según la Ministra Bullrich “pasaba” por allí y pasó a saludar. El Poder Ejecutivo Nacional que conduce Mauricio Macri dijo que llegó dos horas después de la represión. Nuevas versiones indican que lo llamaron de emergencia porque había tenido un incidente que consistiría en un muerto entre los reprimidos. Esas horas fueron críticas porque ellos tenían a Maldonado, con o sin vida.
Benetton quiere usurpar en beneficio propio territorios que ancestralmente pertenecieron a los mapuches, que son antecedentes a los españoles invasores y la República Argentina después. Según el derecho del “hombre blanco” los que allí estaban no son dueños “porque no tienen papeles”. Papeles del invasor, claro. Como si se repitiera el atropello de la conquista del “desierto” que no era desierto nuevos grandes terratenientes se quedan con extensiones que incluso dejan dentro de sus extensiones fenómenos y accidentes naturales que deberían ser de todos.
El negacionismo del macrismo.
Cuando el defensor oficial Fernando Machado solicitó un allanamiento al destacamento de Gendarmería buscando rastros de Santiago Maldonado la fuerza de seguridad estatal mostró las camionetas implicadas prolijamente limpiadas. A pesar de ello GN sigue negando su participación y para victimizarse el Ministerio publicó un twitter donde mostraba las “armas” halladas en el lugar consistente en martillo, serruchos y otras herramientas de carpintero y campesinos. La auténtica burla mostraba el espíritu de silencio cómplice que el Gobierno le prometía a los uniformados. Muchos se preguntan si 40 a 60 efectivos podrían guardar silencio pero las cadenas de complicidades de la dictadura militar a varios años de los hechos demuestra que lamentablemente el espíritu de cuerpo sirve también para las malas acciones.
Prefectura rastreó el río que cruzaba la comunidad en busca de un cuerpo que presuntamente perteneciera a Maldonado. La intervención de la otra fuerza de seguridad militarizada fue tomada como una ofensa por los comandantes de la Gendarmería. Por eso los verdes reforzaron su control de la ruta 40 convirtiéndola en una especie de chek-point propio de una fuerza ocupación. Detienen a los vehículos, piden documentos y hasta filman a los ocupantes de los vehículos. El sitio de internet de Revista Cítrica lo mostró en forma clara.
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en los municipios que controlan intendentes macristas todas las noches cuadrillas de operarios cubren todas las pintadas de lo que ya es un clamor también en las redes sociales y estadios de fútbol: “¿Dónde está Santiago?”.
En un mes ni hablaron del tema el Presidente Mauricio Macri, la Vicepresidenta Marta Michetti, la Gobernadora María Vidal y el Jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta. Fuera de la Ministra Bullrich cuando en el informe periódico que debe dar en el Congreso el Jefe de Gabinete solo Marcos Peña se limitó a decir que “era un problema judicial” y que “no tenía la certeza de que Maldonado hubiera estado allí el 1 de agosto”. En una barrida en el área encontraron la gorra blanca que el artesano acostumbraba a usar y que es la misma que tenía en un video del corte de ruta previo a los incidentes.
El primer punto es que el Gobierno ha dejado de negar la represión. Una filmación muestra la ferocidad del ataque con ruidos de disparos (sin determinar si eran de plomo o goma) y otro aportado por la familia en los últimos días registra en una toma panorámica que él estaba en el corte minutos antes. Ese sector de la Patagonia es un descampado por lo que es imposible que alguien se tome un colectivo en la siguiente esquina y se marche sin ser visto.
Otras imágenes mostraron la presencia de 17 vehículos compuestos por tres Unimog y catorce camionetas. En una de esas se habrían llevado a Maldonado según los relatos de los mapuches que sí habían logrado cruzar el riacho en el asalto de Gendarmería a la comunidad.
El Gobierno atiende por compromiso a las asociaciones de Derechos Humanos.
A los veinte días de la desaparición el Gobierno representado por la Ministra de Seguridad Patricia Bullrich, su par de Justicia Germán Garavano y el Secretario de Derechos Humanos Claudio Avruj recibieron a Estela de Carlotto (Abuelas de Plaza de Mayo), Taty Almeida (Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora), Lita Boitano (Familiares de Detenidos Desaparecidos) además de integrantes de CELS, HIJOS, MEDH y Asamblea Permanente de Derechos Humanos de La Matanza.
La reunión fue muy tensa. Bullrich nunca miró a los ojos al resto de la mesa y se la pasó haciendo dibujitos que Carlotto sugirió fueran analizados por un psicólogo. En un primer momento negó que Noceti estuviera allí por el operativo. Dijo que “simplemente iba para Esquel y paró a saludar”. La hipótesis fuerte es que pasaba por allí pero paró porque fue avisado de que había pasado algo grave. El rostro de la foto que mostró Página/12 demuestra la preocupación y está muy lejos de un saludo protocolar hacia los subalternos. Datos de testigos indican que pasó antes y después.
Garavano y Avruj casi no dijeron nada y todos se levantaron saludando solo a Carlotto cuando la Ministra Bullrich se sintió “ofendida” ante la frase que los organismos de Derechos Humanos le dijeron comparándolos con la dictadura militar y sus métodos. “Eso es ideológico” dijo la macrista a lo que Boitano respondió que “no es ideológico, es experiencia de vida”. Aprovechando la situación la responsable de seguridad esgrimió que “eso no lo voy a permitir” y se levantó sin dar ninguna respuesta.
Un día después la misma Ministra defendía su postura cerrada en el Senado. “No voy a tirar un Gendarme por la ventana” expresó cuando le pedían los nombres de los que habían intervenido en el procedimiento.
El clamor nacional e internacional.
La consigna “Aparición vida ya” y “¿Dónde está Santiago” inundan los espacios públicos con multitudinarias marchas (dos en la Plaza de Mayo, en Bariloche, Esquel, su pueblo 25 de Mayo, principales capitales del mundo, etc.), charlas abiertas en escuelas públicas, redes sociales y sitios web en internet y fundamentalmente en las Naciones Unidas y la Organización de Estados Unidos.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) volvió a llamar la atención del Gobierno argentino por segunda vez en poco menos de un año. Al caso de la detención por motivos políticos de Milagro Sala y algunos de sus compañeros se le agrega ahora este. La OEA ya estaba atendiendo la represión del 10 de enero de 2017 a instancias de una acción iniciada por “Naturaleza de Derechos” una ONG que denuncia la explotación privada de la Patagonia.
En el caso de las Naciones Unidas quien se manifestó preocupado por la desaparición, pero por sobre todo por el accionar “erróneo” del Gobierno de Macri fue el Presidente del Comité de Desaparición Forzada de Personas, su Presidente Francisco Eguiguren. Evidentemente la imagen internacional de la Argentina está muy lejos de lo que alguna vez fue.
La Diputada rionegrina María Emilia Soria del Frente para la Victoria (FPV) pidió en el Congreso que se inicie un juicio político a la Ministra Bullrich por tres hechos. El de Santiago Maldonado pero también por la desaparición y posterior asesinato del policía de Bariloche, Lucas Muñoz y la represión del 10 de enero de 2017.
La fiscal Silvia Alejandra Ávila pidió el cambio de carátula ante el Juez Guido Otranto. El expediente 8232/2017 cambió de carátula de “paradero de N.N.” a “Desaparición Forzada”. Después de esto la propia fiscal adquirió una velocidad sorpresivamente lenta que permitió la pérdida de pruebas esenciales. No se peritó a tiempo las instalaciones ni las unidades de Gendarmería y tampoco se allanó las instalaciones de la Estancia Leleque donde Gendarmería tiene (como ya mencionamos) una base clandestina. No se rastreó el sitio a tiempo con claras intenciones de entorpecimiento. Verónica Heredia, abogada de la familia Maldonado cree que hay un pacto de silencio entre el Gobierno y la Gendarmería.
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