PSICOLOGÍA | Los gobiernos capitalistas y su relación con la subjetividad y los lazos sociales

Ilustración: Pixabay
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Por Lic. Susana Bacha
Me interesa interrogar en el presente trabajo la relación que existe entre la emergencia de las nuevas formas de gobierno capitalistas y la subjetividad de la época y los lazos sociales.
Para ello partiré de dos preguntas orientadoras. ¿Cuál es la posición subjetiva que posibilita la emergencia de los modos de gobierno que surgen dentro del capitalismo actual? ¿Hay condiciones sociales, modos de agrupación que favorecen también este proceso?
Con respecto a la posición subjetiva, uno de los aspectos que aparecen de forma repetida en los sujetos de la sociedad contemporánea es el de la desresponsabilización y el odio. Odio asociado con una figura de poder pero que deja entrever en su base algunos significantes que lo sustentan: el negro, el diferente, el enfermo, el extranjero, etc.
¿Cuándo aparece el odio? ¿Qué lo sostiene?
Según Jaques Hassoun, en su libro “El oscuro objeto del odio”, “El odio tiende a destruir al objeto aquel de la causa del deseo, como también el de la angustia primera” y dice también que el odio apunta a desembarazar al mundo de lo superfluo, lo inmundo, lo que es un insulto a su persona.
“Una posición del odio es aquel que se considera el único perfecto, todos los demás son deshechos que él tiene que ignorar o eliminar”.
Podríamos hablar entonces de una posición de no responsabilización, en la cual el sujeto ubica lo propio rechazado en el otro y lo excluye.
¿Hablamos de segregación entonces? El sujeto y su contexto social apoyan su odio en un intento de segregación al diferente.
Pensemos la segregación como la más elemental de las conductas defensivas del sujeto. Hassoun afirma: “cualquier odio es odio de la diferencia”.
El capitalismo favorece la masificación, la unificación en la cual no se tolera la diferencia. Se promueve y se provoca un “ir contra el otro”. Cualquier diferencia se vuelve una diferencia absoluta, generándose así dos lados irreconciliables, uno de los cuales debe ser suprimido o destituido.
Dice Hassoun, “Aquel que soporta el odio se encuentra sometido a la necesidad de atribuir al otro las características de una sabiduría total, de una potencia sin fisuras, frente a las cuales se impone la urgencia de destituirlo de todo saber.” En El Seminario 17, El reverso del Psicoanálisis, Lacan destaca: “En la sociedad… todo lo que existe está fundado en la segregación”, “Nunca se ha terminado completamente con la segregación […] Nada puede funcionar sin ella…. Es el efecto del lenguaje”.
En una sociedad capitalista el discurso hegemónico es el que presenta el paradigma universal, un para todos lo mismo, que conlleva el intento de suprimir las diferencias al nivel del deseo y del goce.
Entonces, lo que queda marcado por el odio y segregado, sigue el destino de ser destituido, expulsado del discurso y difamado.
¿Podemos pensar entonces que, dentro del capitalismo, la sociedad está presenciando la emergencia de nuevos modelos de gobierno que se apoyan para su implementación en esta condición humana y se apropian de ella para sus fines particulares?
Así, el discurso hegemónico colabora con la detección de los significantes de la segregación: el “pobre”, el “negro”, el “loco”, la diferencia de castas, el “enfermo”, los cuales no operan con la lógica capitalista y por lo tanto no deben ser considerados dentro del circuito de producción y segregados entonces con el recurso del odio.
La instalación de la segregación a los sujetos que porten los significantes antes mencionados es funcional a la ideología del capitalismo.
Por otro lado, ¿hay modos de vinculación grupal que también sostienen la emergencia de éstos modelos?
¿Cuáles son los modos de unificación grupal en la actualidad?
Freud ubicó en Psicología de las masas y análisis del yo un modo de unificación de las masas vía la identificación.
A partir de la “masa” el lazo social se unifica por el rasgo identificatorio al padre de la horda. Todos los individuos hacen converger su Ideal del Yo en la persona del líder, y eso los cohesiona.
Kaës en su texto “Realidad psíquica y sufrimiento en las instituciones”, también aborda este tema desde una perspectiva freudiana y explica el contrato narcisista que posibilita la estabilidad y el sostén de un sujeto en un grupo.
Si seguimos esta línea de pensamiento deberíamos poder ubicar los significantes que permiten la identificación al “líder” y la cohesión grupal. ¿Es en este caso, la identificación con los significantes del modelo hegemónico capitalista? ¿Por ejemplo los significantes que hablan de desarrollo, cambio, progreso y riqueza?
En contraposición a esta línea de análisis, Éric Laurent explica que es esto de lo que Lacan va a prescindir proponiéndonos un nuevo régimen del lazo social, a partir del fantasma y del goce, y ya no a partir de la identificación. Según él “otra Massenpsychologie se extrae a partir del fantasma, que es a la vez inscripción de la pérdida del sujeto y representación del goce. La primera modalidad del lazo social pasa entonces por los modos de subjetivaciones eróticas que se socializan para constituir las formas contemporáneas del vivir la orientación sexual”.
Entonces, ¿cabría pensar que estas formas de reunión en relación al fantasma como escena que recubre lo real y al goce alojan a los segregados del discurso hegemónico?
Según Jacques Rancière “Los excluidos son expulsados hacia subjetivaciones identitarias de tipo religioso y hacia formas de acción criminales y guerreras.”
Sin embargo dice el filósofo que esa nominación que cae sobre esos grupos tildándolos de “religiosos” o “subversivos” intentan unificar una vez más un fenómeno con una lectura teórica desacertada.
“Hay que tomarse en serio el estado de disidencia virtual de una parte de la población que es susceptible de transformarse en combatientes. Ello implica cuestionar las causas, los discursos y los procedimientos que han engendrado el odio, combatir seriamente el paro, las desigualdades y las discriminaciones de todo tipo, repensar las formas en que podrían vivir juntas personas que ni viven ni piensan del mismo modo.” Opina Rancière una vez más y me pregunto si la reunión entonces es a partir del goce.
Nuevos modos de reunión, grupos conformados por nuevos y variados significantes y goces que los reúnen, el recurso al odio en pleno apogeo…es necesario un análisis que integre la diferencia y lo nuevo para explicar la época.
• Lic. Susana Bacha – Psicoanalista
Bibliografía
– Jacques Hassoun “El oscuro objeto del odio” – Editorial Catálogos, 1999
– Kaës, R. “Realidad Psíquica y Sufrimiento en las Instituciones”, en Kaës et al (Comps.) La Institución y las Instituciones. Buenos Aires: Paidós. (1989).
– Jacques Lacan “El Seminario 17, El reverso del Psicoanálisis” – Ed. Paidós. 1992

– Sigmund Freud. Obras Completas “Psicología de las masas y análisis del yo”, tomo XVIII. Amorrortu Editores. 1978.
– Cómo salir del odio: entrevista con el filósofo Jacques Rancière – http://www.eldiario.es/interferencias/odio-Francia-Ranciere_6_504009609.html
– Éric Laurent El goce y el cuerpo social – Extracto de “Pasiones religiosas del parlêtre”, conferencia pronunciada en el X Congreso de la AMP, Río de Janeiro, 22 de abril de 2016. Publicado en francés en Lacan Quotidien, n° 594, 14 de julio de 2016, disponible en: http://www.lacanquotidien.fr/blog/wp-content/uploads/2016/07/LQ-594.pdf

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